ESTE NIÑO NO ES TUYO (NOVELA) capítulo 32
Capítulo 32ESTE NIÑO NO ES TUYO (NOVELA)hace 12 meses
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CAPÍTULO 32



 

Ya era tarde por la noche.

Allen le reiteró una vez más la importancia del cuidado prenatal con una expresión severa, que parecía que estuviera regañando a su hermana menor, mientras Kalia estaba sentada con una acogedora manta.

Habían pasado meses desde que habían pasado mañana y noche juntos en una casa.

Kalia, quién se había acostumbrado a ser ‘cuidada’ así por Allen, asintió con una sonrisa.

Allen sacó el libro de cuentos de ese día después de devolverle la sonrisa a Kalia sintiendo algo orgulloso.

La mano de Kalia se extendió frente a Allen mientras estaba a punto de sentarse.

 

 

Ella le observó, extendiendo su mano como para que se lo entregara.

Allen, que iba a leerle el cuento como parte de su cuidado prenatal, le dijo algo desconcertado.

 

 

Kalia habló con calma, sonriéndole a Allen mientras asentía con la cabeza.

 

 

Allen se quedó sin palabras en ese momento.

Miró a Kalia ligeramente sorprendido, y le entregó el libro con una leve sonrisa.

 

 

Se levantó de su asiento y se alejó de la cama para apagar la luz de la habitación.

Cerró lentamente la puerta y salió, dándole las buenas noches a Kalia, que estaba sentada en la cama mientras le observaba irse.

 

Clack.

 

La puerta se cerró silenciosamente y Allen se detuvo frente a esta. 

La historia de un oso bebé que se embarca en una maravillosa aventura al pasar por una puerta empezó a resonar.

Era la voz enérgica, suave pero poderosa, que Allen había pedido.

Mientras Kalia leyera más seguido los cuentos con esa asombrosa voz, el bebé en su vientre escucharía más el sonido de la voz de su mamá.

 

 

Allen palmeó un lado de su pecho, mientras la voz de Kalia fluía y él apoyaba su espalda contra la puerta cerrada.

 

‘¿Por qué siento de la nada un hormigueo aquí?’

 

‘Pero no eres el padre.’

 

Sonriendo con amargura, Allen se incorporó palmeando la parte superior de su mano, que se encontraba sobre su pecho, y regresó a su habitación.



***

 

El bebé oso no tenía una espada asombrosa, zapatos gruesos o un bonito sombrero que le proteja del sol.

 

“Cielos, bebé oso, ¡no tienes nada!”

 

“¡Hahahaha! ¡Eres pobre! ¡No tienes nada!”

 

“¡Eres patético, bebé oso!”

 

Molestaban al bebé oso, y el bebé oso se sentía muy triste.

Su tostada piel era marrón, y sus manos y pies eran ásperas a causa de callosidades.

El bebé oso, que no tenía nada, siempre tenía que cazar con sólo sus manos así que solía ser muy difícil.

Las manos llenas de callos del bebé oso, su piel tostada por el sol, y sus pies descalzos eran motivos de burlas.

 

Un día, un gran tormenta estalló en la aldea del bebé oso.

El suelo se volvió fangoso debido a las fuertes lluvias, y la aldea del bebé osos quedó en ruinas.

Después de la tormenta, el sol ardiente salió, pero el lindo sombrero del zorro había volado en la tormenta así que el zorro estaba sudando y sufriendo.

La asombrosa espada del león se oxidó bajo la lluvia, así que no podía cortar nada, y los zapatos del gato quedaron enterrados en el barro y se arruinaron.

 

“¿Cómo podremos vivir así?”

 

“¡Dios, ¿por qué nos quitas todo?! ¡Esto es tan cruel!”

 

Sin armas, sin sombreros, sin zapatos, ningún animal podía cazar algo.

Los animales culparon a Dios y se quejaron.

 

“Es obvio que Dios intenta castigarnos. ¡De otro forma, no nos quitaría todo de esta forma!”

La luz del sol calentaba bastante, y sus suaves manos y pies dolían cada vez que tocaban el suelo.

Los animales se quedaron sin hacer nada y siguieron culpando al cielo.

Entonces, un rayo de luz cayó y le habló a los animales.

 

“Les he dado todo, no tomé nada de ustedes. Es sólo que no quieren verlo. Nadie puede quitarles lo que verdaderamente tienen.”

 

Dios desapareció de nuevo, dejando sólo esas palabras.

En ese momento, vieron al bebé oso buscando comida a lo lejos.

Las duras manos y pies del bebé oso se habían convertido en un arma, y su tostada piel lucía tan sólida que parecía que no le temía al sol.

Con solo sus manos y pies, el bebé oso aprendió a sobrevivir por su cuenta.

Él sólo confió en él mismo sin depender de nada.

 

Los animales se acercaron al oso y le preguntaron.

 

“¿Puedes enseñarnos como cazar?”

 

“Creo que tus manos son lo más fuerte que puede haber. ¡Enséñanos cómo ser fuertes!”

 

“¿Cómo es que el sol no te molesta?”

 

El bebé oso estaba avergonzado pero les enseñó con amabilidad.

 

“Necesitas callos para fortalecer tus manos y pies. Cuando tu piel es más oscura, es más resistente al sol. Todos estos resultados toman tiempo y paciencia. Pero, todo puede conseguirlo.”

 

Sólo entonces los animales se dieron cuenta de que tenían uñas más afiladas que una espada, pies rápidos y ojos que podían ver lo lejano.

Lo que tenían antes no era realmente de ellos.

El bebé se dio cuenta sólo entonces, que él tenía muchas cosas que antes creía no tener.

Y nada, en realidad podía ser…

El bebé oso se embarcó en aventuras con sus extremidades fuertes, ojos que podían ver a lo lejos y una sabiduría juntada por montones.

No hay duda que todo ese tiempo y experiencia te hacen una mejor persona.



 

Kalia cerró el libro y acarició, mientras susurraba, a su abultado vientre.

 

 

Como si reaccionara a esa voz familiar, su estómago se hinchó. Sin importar cuantas veces lo sienta, se sentía grandioso cada vez. Y, como si el bebé estuviera anunciando su presencia, empujó el vientre de su madre fuertemente. Ella se emocionó como nunca antes.

Se sentía agradecida por el movimiento de vida en su vientre.

 

 

Acariciando su elevado vientre, Kalia colocó el libro en el mueble al lado de la cama.

Antes de extender su mano para apagar la lámpara, Kalia hacía una pausa habitualmente para sacar algo del cajón de la mesa.

Lo había estado sacando por varios meses antes de irse a dormir, pero ese día se sentía extraña. 

El hombre que se había convertido en padre, pero no era su hombre.

El hombre con el que había hecho al niño, pero no era su amado.

 

 

Murmurando resueltamente, sacó una foto de Shyman del cajón.

Sus ojos verdes recorrieron a conciencia su rostro.

Hermoso cabello plateado, como si hubiera sido hecho con la luz de la luna, y misteriosos ojos dorados. Nariz delicada y labios moderadamente gruesos y coloridos.

 

El Shyman de la foto tenía una confianza única y una sonrisa gentil.

Tenía el rostro más hermoso que hubiera visto y el rostro del padre de bebé en su vientre.

 

 

Kalia murmuró algo avergonzada.

 

‘Desearía que mi rostro fuera como el de Shyman.’

 

Habían pasado cinco meses desde que veía a la persona con el rostro más lindo antes de dormir, en nombre del cuidado prenatal.

 

Lentamente, Kalia se quedó dormida, particularmente sorprendida por el rostro de Shyman en la foto.



***



 

Kalia, que estaba adormilada, lentamente volvió en sí al escuchar una voz familiar.

Se levantó dándole un leve toque al bebé, abrazando su esbelta figura.

Un aliento húmedo tocó su estómago y cayó a la altura de sus costillas.

El calor de esos labios pasaron por su esbelto vientre y llegaron a la altura de su ombligo.

Una corriente atravesó todo su cuerpo.

En ese momento, Kalia se sintió extraña.

 

‘¿Por qué mi estómago no está redondo?’

 

Debía estar hinchado pero, con los ojos brillosos, pudo ver que estaba muy plano.

Como, antes de que quedara embarazada.

 

 

Mientras murmuraba con la voz adormilada, pudo sentir el cosquilleo de un aliento riendo.

Una fuerza apareció abrazando su cintura.

Una piel tan suave como la seda rozó su piel sensible.

Los dos cuerpos superpuestos se sentía tan suave que no podía negarlo.

 

 

… ¿Qué? Era la voz de Shyman…

 

 

Claramente era la voz de Shyman.

Había pasado un tiempo desde que lo escuchó por última vez, pero no podía olvidar la voz de Shyman.

Su voz inusualmente suave subió desde su estómago y llegó a lo alto de su pecho.

Perdió el aliento rápidamente.

Kalia sintió un suave pero firme toque en su cuerpo.

Con esa escalofriante sensación, estiró sus manos y tocó sus anchos y firmes hombros.

La fragancia de su cabello plateado penetró en su pecho.

Kalia se mordió los labios mientras sentía un aliento cálido y húmedo en su pecho.

Y se quedó sin aire al sentir ese cálido y húmedo aliento tocar su cuerpo.

 

 

Respirando irregularmente, Kalia vio la cabeza de Shyman y lo abrazó.

Los ojos dorados, suaves y ligeramente brillantes, la miraron.

Un suave y cálido brillo que apareció como si estuviera enamorado de ella.

 

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