HISTORIA PARALELA capítulo 1
Capítulo 1HISTORIA PARALELAhace 1 año
Lista de capítulosSiguiente

CAPITULO 1


[Uno. La novela, La amada del Duque]

[ “No importa si muero, mientras tú estés a salvo”

Ver besó la mano de Cecia mientras su otra mano descansaba en su pecho.

Los votos de un caballero. Era algo que un caballero podía dar solo una vez en su vida.

Por supuesto, había caballeros que abusaban de estos juramentos. Pero para Ver, era su única oportunidad. Incluso desde antes, era algo que juró le daría a ella una vez se convirtiera en un caballero imperial.

Una expresión de sorpresa se vio en el rostro de Cecia. Ver conocía el significado de esa expresión.

No era su amada, Ver estaba enamorado de la mujer de alguien más. Pero ya fuera en el pasado o incluso en el futuro, el hecho de que Cecia era alguien a quien él quería proteger permanecería intacto. Aún si ella era la mujer de otro hombre.

 


“Oh, ¿por qué?”
Recostada en su cuarto y leyendo una novela, un grito infeliz provino de Arim. Tenía el corazón roto por la expresión abatida del personaje más afectuoso, Ver Grant, de su novela favorita ‘La amada del Duque’.

Ver Grant, un hombre que observa a la mujer que le gusta desde lejos. Sin embargo, el amor de este hombre no era correspondido.

Ver, quien siempre ha estado junto a Cecia, la heroína, y era el que daba el primer paso cuando se trataba de Cecia, nunca estuvo presente durante los momentos cruciales.

Él sólo existía para la protagonista en el momento para brillar del protagonista masculino. 

Arim pasó las hojas que contenían estas oraciones, como si se compadeciera de Ver.

Todos eran los protagonistas de sus vidas, pero siempre parecían ser determinadas personas quienes eran dignas de la atención. Estas siempre estaban brillando. Y aquellos que no, estaban entre la multitud y los observaban desde lejos.

Parecía indicar la existencia de una posición fija. Como ‘al centro’ y ‘al lado’.

Debido a la lógica que ella aprendió instintivamente, sabía que algunas personas estaban destinadas a pasar desapercibidas. Como el más discreto asiento en la esquina trasera entre las muchas sillas. Como un personaje secundario que ayuda, en lugar del héroe quien siempre está en el centro de los eventos.

Y la razón por la que amaba especialmente a Ver era porque ella era bastante similar a él. Él era un hombre cuya vida era un rol de apoyo, quién pensó que incluso su corazón era como un rol de apoyo para los personajes principales.

Un corazón que no podía ser expresado a la persona que le gustaba, y, sin embargo, uno aún quiere estar al lado de esa persona. Pero no puedes acercarte porque no quieres lastimarlos. Ella entendía a ese corazón.

Entonces, mientras leía la novela, ella lo leía con la esperanza de que incluso Ver fuera feliz al final. Arim pasó por las oraciones como consolando a Ver. Estaba esperanzada en que él sería feliz con su amada, aunque sabía que no se haría realidad.

Arim también tenía a un hombre que le gustaba y al cual había observado por mucho tiempo. Pero como la novia del hombre cambió muchas veces, ella no entregó ni un pedazo pequeño de su corazón. No, era más correcto decir que no pudo.

Temerosa de que no se le permitiría estar junto a él ni como amiga, Arim no pudo decirle. Ella podría haber decidido rendirse sola, pensando, ‘Estoy agradecida de que este junto a mí como un amigo’.

 

 

“Hoy no”
“¿Por qué? Hoy parece un buen día para beber.”
“Tengo que permanecer sobrio esta semana. Bebe solo.”
“Hey, y…”
Arim colgó sin escuchar sus siguientes palabras. Contrariamente a como había colgado el teléfono, Arim tenía una sonrisa satisfecha en el borde de sus labios. Era bueno que la razón de que se contactara fuera sólo por bebidas.

Arim era una mujer que no le agradaba a la novia de Hyun Woo. Aunque Arim siempre era sensata cerca de Hyun Woo, a su novia no le gustaba que ella estuviera cerca de él.

Arim podía entender al corazón de aquella mujer. Por lo que, mientras Hyun Woo tuviera una novia, ella intentaría encontrarse con él lo menos posible.

Esta negativa fue una de esas acciones. Había una sonrisa amarga en la boca de Arim.

Como alguien que interfiere con el amor del personaje principal, Arim no podía situarse al lado del personaje principal.

 


“¡Hey, Song Arim-! ¿Realmente te gusta Hyun Woo?”
La mujer y sus amigas abrieron la puerta vigorosamente, con sus usuales expresiones mordaces.

“Cenaste con Hyun Woo recientemente, ¿no es así?”
“Oí que te confesaste”
“¿No crees que son algo irregulares?”
“¿Ella se está riendo frente a nosotras? Es espeluznante.”
Aunque no era cierto, Arim no tenía algo que decir frente a ese grupo que ya estaba hablando de ello.

La respuesta ya estaba dicha, y terminaría con ellas llamándola z*rra.

“No me digan que… ¿Arim haría esto a propósito?”
La novia de Hyun Woo, con un rostro inocente, le preguntó a sus amigas.

Pero Arim sabía. La chica estaba riéndose por dentro. Sus orgullosos ojos fueron algo que Arim no pasó por desapercibido en el momento que ella entró en la habitación.

Arim permaneció de pie ahí sin decir una palabra. Las miradas en la habitación eran agudas. Y estas afiladas miradas rasgaron su imperceptible corazón. Sus sentimientos que nunca habían sido vistos por alguien, de repente, estaban expuestos a la vista de todos.

“Él ya tiene una novia, pero a ella aún le gusta… ese corazón, es inmundo”
Finalmente, alguien dijo las palabras que todos estaban pensando silenciosamente en sus cabezas.

Con ella al centro, todas fruncieron el ceño a la vez. Como si estuvieran viendo algo realmente sucio. Como si sus ojos fueran contaminados por los sentimientos de Arim.

Arim, quien no pudo soportarlo más, se escondió en sus temblorosas manos y salió corriendo de la habitación con dirección a su casa.

 


“Tenemos una clase justo ahora, ¿A dónde vas tan apurada?”
Hyun Woo bloqueó el paso de Arim cuando ella intentaba huir apresuradamente. Él observó a Arim, mientras ella intentaba recuperar el aliento.

Se le ocurrió que quizá todo lo que había pasado era lo mejor.

De lo contrario, sus sentimientos no expresados no podrían haber sido descubiertos.

Así es. No podía ser. Arim asintió y racionalizó consigo misma.

“¿Qué pasa?”
La voz de Hyun Woo trajo a Arim de vuelta a la realidad. Ella quería negarlo, pero todo era real. Hyun Woo frente a ella, en el mismo salón de clases. Si él escuchaba esa historia, esa quizás era la última vez que ella podría verlo a la cara. Arim extendió su temblorosa mano hacia Hyun Woo.

La idea de que quizás era la última vez que lo vería le dio el coraje. Pero, se detuvo antes de que su mano alcanzará a Hyun Woo. Fue porque la voz de alguien resonó en su oído.

 “En serio… ese corazón, es inmundo”

Arim regresó su temblorosa mano que se acercaba a Hyun Woo y tiró hacia atrás su cabello en su lugar. Sin embargo, sus manos estaban temblando mucho más antes.

“¿Estás bien?”
Él extendió su mano, pero esta vez Arim evadió su toque.

“Nada está mal. No exageres”
Arim le dijo firmemente a Hyun Woo, quien no sabía de qué estaba hablando. Como siempre, ese era su propio mecanismo de defensa.

“En serio, no es nada”
“¡Hey, Song Arim!”
La voz de Hyun Woo se escuchó desde atrás.

‘Desearía poder escapar de aquí’

 

Observó aquel extraño paisaje como si estuviera acostumbrada a ello.

El visible paisaje le recordó al ambiente occidental que solo se encontraba en las películas – mujeres en vestidos coloridos, hombres en abrigos costosos. Un lugar donde caballos y carruajes tirados por caballos reemplazaban al transporte público.

El conductor del carruaje jaló las riendas del caballo. Aunque el caballo aún tambaleaba, parecía ser un problema causado por el mayordomo, y no por el violento caballo.

“Señorita”
Era un título al que no estaba acostumbrada. Sin embargo, su cabeza volteó naturalmente. Ahí estaba Mindy en un uniforme de mucama. Ella era la única persona en la mansión que la trataba sin reserva.

“¿Se encuentra bien?”
El rostro de Mindy, quién bajó la sopa, estaba lleno de preocupaciones.

La joven asintió suavemente y observó al conductor del carruaje a través de la ventana mientras se acercaba en busca de más ventilación.

Mindy chasqueó la lengua. Parecía que estaba borracho de nuevo. El hombre no podía volver a sus sentidos, aunque tenía la ayuda del Marqués. Hasta, no había ocurrido algún accidente o daño grave, así que los empleados de la mansión lo dejaron pasar tranquilamente.

Cuando Prillance giró la cabeza, pudo ver la mano de Mindy, quien había bajado la cuchara.

Junto al sonido del suspiro de Mindy, la sopa pronto desapareció de su vista. Pensó que la sopa había desaparecido al instante, al igual que ella.

Había estado preocupada sobre cómo podría evitar la clase de mañana y cómo enfrentaría a sus amigos. Finalmente, le vino a la mente la figura de Hyun Woo. Fue la figura, que tenía sus manos extendidas hacia ella, de la que se alejó. 

Cuando llegó a casa, recordó estar esperando desesperadamente con las manos temblorosas, sin saber lo que tenía en las manos.

¿Se durmió o colapsó en algún lado? Quizás había sido abandonada como aquella sopa. Se estaba aferrando a su último recuerdo como este y no había pensado en nada más que esto durante días.

“Señorita, ¿conoce a esa persona? Estoy hablando del Marqués Grant del otro lado de la calle”
Hace unos días, Mindy se sentó al lado de Arim, quien era menos habladora, y comenzó a contarle las historias que había escuchado afuera. De alguna forma, había un nombre familiar en la historia de ese día.

“Ver Grant…”
Ella respondió repitiendo aquel nombre familiar. El sucesor del Marqués Grant, Ver Grant, era su personaje secundario favorito en una novela.

“Él es tan famoso que estaba segura de que lo conocía, Miss Prillance”
No estaba acostumbrada al nombre por el que Mindy la llamaba, pero al mismo tiempo era otro nombre familiar.

Prillance Weiand.

Una persona cuyo amor no correspondido la consumió.

La hija del Marqués Weiand. Era una villana que estaba hambrienta por el afecto de Román, el protagonista masculino de la novela favorita de Arim.

Y ahora, ese era su nombre. Cuando Arim abrió sus ojos, desde el final de su último recuerdo, se había convertido en Prillance, la villana en la novela “La amada del Duque”.

“Pero ahora, ya no es más un Marqués, sino que es un Vizconde”
Dijo Mindy, y continuó cosiendo al lado de Prillance.

"Escuché que el ex marqués, que se rumoreaba era una persona recta, fue arrestado por traición"
"Traición…"
Prillance la seguía tranquilamente.

"¡Sí! Supongo que no puedes juzgar a las personas por su apariencia..."
Mindy respondió con entusiasmo a la respuesta de Prillance, pero susurró, como si estuviera siendo demasiado cautelosa.

“No hubo evidencia concluyente. Pero la familia imperial no podía sólo dejarlo ir, así que se terminó con la disminución de su título "
Al final del susurro de Mindy, la historia de la novela pasó por la cabeza de Prillance.

La novela comienza con la historia del personaje secundario Ver y la protagonista Cecia. Ver, el sucesor de Marqués Grant, y Cecia, la hija de Royne, una rica familia aristócrata emergente, crecieron juntos desde la infancia.

El último Marqués Grant era el tipo de persona que, si tenía la intención de algo, lo haría posible.

El caballero convertido en marqués Grant era recto, educado y leal. Por lo tanto, no menospreciaba los orígenes de Royne, que tenía un buen ojo comercial, pero era un plebeyo en ese momento.

Sin mencionar que Ver, quién creció en tal familia, tenía pocas objeciones al asociarse con ellos desde la infancia. Se enamoró de Cecia.

Fue este incidente el que rompió su prometedor futuro juntos. La rebelión del marqués Grant. Se han encontrado varias circunstancias y movimientos que muestran que el marqués trató de reunir fuerzas militares y rebeldes.

De acuerdo a la novela, de generación en generación, las propiedades del marqués han estado en la frontera de otros países, durante generaciones. Entonces era posible tener soldados para proteger el territorio.

Por supuesto, debido a tal privilegio, el título se le otorgó solo a la familia ya que tenía una gran reputación de generación en generación y era leal a la familia imperial.

El Marqués Grant tenía el control de las propiedades en contacto con el reino de Hanon. Un día, el Marqués Grant corrió al territorio con una orden de llamada militar después de recibir un mensaje urgente de que el reino de Hanon estaba reuniendo soldados.

Pero cuando llegó el marqués, no había movimiento militar en el reino de Hanon. Los únicos presentes eran los caballeros armados por orden del marqués. Y todo esto fue presenciado por el Duque Tonz.

El Marqués Grant, quién había movilizado a los caballeros de su casa, sospechó y buscó a su alrededor. Pero aparte de los militares reunidos, no halló ninguna evidencia. Los rumores se extendieron. El honor del Marqués cayó al fondo y la corte imperial dudó de la lealtad del Marqués.

Ante la mención de la traición, ello se convirtió en un problema que no podía pasarse por alto.

Al final, el Marqués mostró su lealtad con su propia autodeterminación, fue degradado a Vizconde. Además, las propiedades de Grant fueron entregadas a la familia imperial.

Desde entonces, la vida de Ver había caído en un abismo. Ver, quien debía ingresar a los Caballeros Imperiales, fue rechazado por abandonar su honor y su lealtad a la familia imperial. Después, Ver pidió romper su compromiso con Cecia. Lo hizo para no causar problemas en el hogar de Cecia.

Ver, quien estaba solo, se convirtió en Vizconde, en lugar de Marqués.

"Ahh, ¿cómo es que terminó así cuando capturó y rompió los corazones de tantas damas?"
Había tristeza en la voz de Mindy. Una criada que Mindy conocía, solía alabarlo tanto diciendo que su carácter era tan bueno como su rostro, pero ahora ella dice que no existe alguien que sea una buena persona.

“Tengo que irme”
Prillance se levantó a toda prisa. Mindy tenía una expresión perpleja en su rostro, pero justo ahora tenía que encontrarse con Ver.

Pudo ver la casa del vizconde Grant, que conservaba la dignidad de antaño. El corazón de Prillance latía mientras se acercaba a la puerta del carruaje.

Albert, el mayordomo de la familia Grant, se acercó cuando ella llegó a la puerta del carruaje.

"Soy Albert, el mayordomo de la familia Grant".

Avergonzado por la visita inesperada del invitado, Albert miró el carruaje del marqués Weiand con una mirada ligeramente desconcertada.

Esta no era la primera vez que una señora hacía una visita tan repentina.

De hecho, se había convertido en algo ocasional desde la caída del título de Vizconde de Ver. Las damas, que ni siquiera podían hablar con él durante sus días como hijo de un marqués, vinieron sin previo aviso para encontrarse con Ver Grant, quien pasó a ser inferior o igual a sus familias.

Las damas que visitaron la casa del vizconde Grant querían conocer a Ver, cuyo título ha disminuido pero aún tenía buena apariencia y noble dignidad. Albert sintió gravemente el cambio de estatus de la familia.

Pero ninguna de las visitas había sido desde casa de un marqués. Conocida por ser la flor de los círculos sociales y se rumoreaba que se casaría con el duque Tonz, la visita de esta dama fue aún más sorprendente.

"Vizconde Grant... ¿Está dentro?"

“Sí, él está aquí”.

Lady Weiand preguntó cuidadosamente, pero se sabía que era quisquillosa. Últimamente no han tenido buenos obsequios de recepción, por lo que no había té disponible para su exigente gusto.

A Albert le preocupaba que ella les encontrara defectos.

"Esto no tomará mucho tiempo".

Prillance, que leyó el malestar de Albert, añadió rápidamente. Conocía la reputación de su personaje mejor que nadie, por lo que podía adivinar lo que estaba pensando Albert.

"Entonces, por favor, espera un momento".

 

 

 

Después de estar fuera por un tiempo para preguntarle a Ver, Albert regresó. Finalmente apareció ante la vista de Prillance, quien estaba ansiosa por ver si había sido rechazada.

"Te guiaré hacia adentro".

Afortunadamente, las palabras de permiso vinieron de él.

Prillance bajó con cuidado del carruaje y caminó junto con Albert. La guía de Albert se detuvo cuando llegó a la gran puerta con la inscripción del lobo firmante de Grant.

Al igual que los lobos inscritos en el patrón, los Grant vivían por el bien de la integridad. Y Ver, que seguiría viviendo así, estaba detrás de esa puerta.

La puerta se abrio. Prillance respiró hondo y dio un paso con cuidado.

“Bienvenida, señora”.

Escuchó una voz baja. Un apuesto joven de cabello negro la saludó.

Como resultado, Prillance quedó congelada en su lugar por un tiempo. El rostro de Ver era más hermoso de lo que esperaba. Cabello negro como boca de lobo, ojos gris oscuro, ojos rectos que lo hacían parecer erguido.

A diferencia de sus ojos cansados, sus botones bien cerrados y su ropa ordenada mostraban su carácter tratando de ser educado bajo cualquier circunstancia.

Ver, a quien sólo había leído en libros, estaba frente a Prillance.

"Lady Weiand... ¿preguntaste por mí?"

Pero no estaba solo en el salón. La saludó una señora visiblemente avergonzada. A Prillance le pasó lo mismo.

"¿Te gustaría sentarte aquí?"

Ver fue la única persona que mantuvo la calma en medio de la situación. Mientras tiraba suavemente de la silla en el salón, sólo entonces Prillance recobró el sentido y caminó hacia el lugar. Ver, cuidando sus modales, se sentó en medio de Prillance y la otra dama.

Pronto entró una criada y preparó té. En ese momento, Prillance miró el rostro de Ver una vez más. Él estaba frente a sus ojos, pero aun así se sentía increíble sin importar lo que pensara.

Su cabello corto tembló levemente mientras levantaba su taza y bebía té con la espalda erguida. Habiendo tomado un sorbo de té con los ojos ligeramente bajos, su perfil era varonil, a diferencia de sus rasgos.

Sus manos, que dejaban la copa, no se veían suaves ni hermosas porque a menudo practicaba con la espada. Pero la mano era varonil porque parecía grande y áspera.

“No pudimos ofrecerle el té preferido de la Dama en una visita tan repentina. Aun así, éste tiene un aroma agradable”.

Estaba destinado a Prillance, quien no respondió a pesar de que el té estaba frente a ella.

"Ah..."

Sólo entonces Prillance, que llamó la atención de Ver, tomó un sorbo de té. El té fragante calmó la emoción de su repentino encuentro.

"De hecho, tiene un aroma agradable".

Gracias a esto, Prillance encontró la compostura y respondió con una sonrisa.

"Eso es bueno escuchar."

Después de eso volvió a reinar el silencio. De vez en cuando escuchaba el sonido del té al beberse y al dejar la taza en la mesa. Y estaba Prillance, que miró fijamente a Ver como si tuviera algo que decir, y la otra dama, que la miró y estaba tan ansiosa como ella.

 


"Debe haber habido una razón urgente por la que ustedes dos vinieron a verme".

Al final, Ver perdió la paciencia y fue el primero en abrir la boca. Se tocó los ojos como si estuviera cansado. Esperaba que el asunto terminara rápidamente si pretendían reírse de él.

La mirada de Prillance se volvió hacia la persona frente a ella. Tenía la intención de decir que quería ser considerada y dejar que la otra dama hablara primero, pero la otra dama sintió una presión silenciosa debido a la mirada aguda de Prillance.

"Esta bien…"

Avergonzada, la otra señora tartamudeó. No había manera de que pudiera competir con Lady Weiand, la reina de los círculos sociales.

"No me digas..."

Prillance habló en voz baja, tapándose la boca con las manos. Obviamente fue un gesto de sorpresa.

"Si no tienes nada que decir, lo mejor sería simplemente irte".

Pronto sus ojos y su voz se volvieron agudos.

"... E-eso... yo iré primero."

La otra señora, que se abrochó bien el vestido, abandonó el lugar con una reverencia.

A diferencia de ella, que contuvo su ira respirando profundamente, Ver se levantó y la acompañó hasta la puerta.

 

 

 

"Te ves cansado."

Ver regresó y se sentó. Su rostro parecía agotado. Parecía que estaba acostumbrado a este tipo de situación.

Cuando vio el dolor de Ver justo frente a ella, que solo había leído en la novela, sintió ganas de llorar. Le dolía más porque conocía el final del amor que él tanto intentaba conservar. Prillance giró la cabeza por la ventana para tragarse las lágrimas.

Quizás hace días que no sale. No dormía y sólo se concentraba en su trabajo. Para él era una forma de soportar el dolor, como alguien que abrazaba todas sus penas por sí mismo.

"Dama…"

Desde el punto de vista de Ver, esperaba que Prillance hablara con él rápidamente y se fuera, pero ella no parecía tener la intención de hacerlo. Cuando él intentó hablar de nuevo, ella de repente se puso de pie.

"¿Te gustaría salir?"

Lo que llamó su atención fue un jardín soleado. Finalmente, agarró ligeramente el brazo de Ver y lo condujo afuera.

Los sirvientes lo miraron asombrados. Al pasar junto a los sirvientes, Ver sólo recuperó el sentido cuando ya estaban en el jardín.

"Es agradable tomar un poco de aire fresco".

Prillance le dijo a Ver, quien la miró desconcertada. Luego respiró hondo. Cuando miró hacia arriba, el sol ya brillaba en el cielo.

Sintiéndose poco acostumbrado a la luz, Ver se dio cuenta de que hacía mucho tiempo que no había salido.

"La luz del sol es buena para ti".

Prillance le sonrió a Ver, quien parecía más relajada. Aunque esto era lo único que podía hacer, quería al menos aliviar un poco su tensión.

Pero se dio cuenta de que, aunque ella fue quien lo sacó, también solo se había quedado dentro de su casa durante los últimos días. '¿Quién hace esto y para quién?' Cuando se dio cuenta de eso, una pequeña sonrisa se formó en su boca.

Cuando Ver miró de reojo, vio a Prillance sonriendo. Su aspecto habitual durante los bailes y reuniones sociales no se podía encontrar en el rostro que por el momento estaba poco maquillado.

El humor habitual y los ojos penetrantes se volvieron amables. Quizás debido a esto, no podría haber imaginado que ella podría ser alguien que pudiera lucir tan pura.

Mientras Ver observaba el humor inusual de Prillance, la miró a los ojos.

Pronto, sus ojos castaños pálidos, que crecieron con asombro, llamaron su atención mientras brillaban intensamente bajo el sol.

Ver pensó que esos ojos eran bastante encantadores.

A Prillance le preocupaba que al sonreír sola pudiera parecer una loca, por lo que giró los ojos con cuidado para evitar su mirada.

“Los rayos del sol activan las células del cuerpo y las hacen saludables. Eso... es como la fotosíntesis”.

"¿Eh?"

"Oh no importa."

Cuando Ver respondió ante el galimatías, Prillance agitó la mano.

"... ¿Caminamos un poco?"

Prillance volvió a cambiar de tema y, afortunadamente, Ver no volvió a preguntar. Pero, de hecho, tenía razón al decir que no la escuchó correctamente. Sus palabras realmente no tocaron sus oídos porque los ojos de Prillance llamaron su atención.

Todavía no hubo conversación entre los dos que caminaban uno al lado del otro, pero los diversos sonidos a su alrededor llenaron el silencio y no eran incómodos.

 

 

 

"Señora, puede hablar".

Ver recordó que no había hablado hasta ahora. Pensó que Prilance estaba eligiendo qué decir. Por supuesto, como antes habían tenido muy poco contacto, no sabía qué esperar.

"Quizás vino aquí de la nada porque pensó que yo había manchado el título de marqués".

Pensó en esto y esperó a que ella dijera algo. Al contrario, Prillance estaba en problemas. Ella no sabía qué decir. Pero quería decirle a Ver algo que lo ayudara.

'Lucha. Animar. Esto también pasará.' Sólo le vinieron a la mente palabras abstractas, vagas e inútiles.

Prillance dejó de pensar y miró el rostro cansado de Ver. Ahora que lo pensaba, Ver perdió a su padre, se convirtió en objeto de atención en el campo y despidió a su ser querido.

"I…"

Después de mucho tiempo, Prillance abrió la boca. Los ojos de Ver naturalmente se volvieron hacia ella. ¿Llegó a ridiculizar o vio su apariencia diferente? Ver se preguntó qué estaba tratando de decir Prillance.

"Estoy del lado del vizconde".

Pero lo que ella dijo fue una historia completamente diferente que él nunca había imaginado. Así que se limitó a mirar a Prillance, sin siquiera pensar en ocultar su rostro desconcertado.

"Lo que estoy tratando de decir es... creo en la inocencia del ex marqués y creo que el vizconde resucitará".

Prillance quería hacerle saber que había alguien que creía en él y su familia. Fue lo mejor que pudo decir.

"Así que por favor ten fuerza".

Al final de la novela, la verdad tenía un trasfondo diferente y la familia Grant, que fue absuelta de los cargos, recuperó el título de marqués.

Eso sí, como siempre, detrás estaba Prillance, la villana. Pero mientras fuera Prillance, no podía decir eso. Ella sólo esperaba darle algo de fuerza.

Al verla hablar con tanta confianza, Ver se sintió extraña. Incluso mientras su padre estaba vivo, las familias de los dos marqueses tuvieron poca o ninguna interacción.

El marqués Weiand, que había sido marqués desde el establecimiento del Imperio Arceo, fue miembro de la facción del emperador durante generaciones. Y un ex caballero que participó en la guerra, el ex marqués Grant había sido miembro del parlamento desde que cortó la cabeza del Ejército Rojo y lideró la victoria durante la guerra.

Lo que hizo el Congreso en ese momento fue originalmente estar de acuerdo con la opinión de la familia imperial, pero las acciones del ex marqués Grant fueron un poco diferentes.

Apoyándose en la posición del bloque parlamentario, apoyó y se opuso a las opiniones de la familia imperial, dependiendo de lo que creía que era correcto o incorrecto. Debido a sus movimientos políticamente diferentes, las familias Weiand y Grant no estaban afiliadas entre sí, sino que vivían reconociéndose mutuamente sin cruzar la línea.

Así que fue muy incómodo que Lady Weiand de repente pidiera reunirse y de repente creyera en la inocencia de su familia.

"…Gracias."

Sin embargo, era cierto que agradecía las palabras de Prillance.

Sabía mejor que nadie que su padre era inocente, pero no podía decirlo en voz alta. La familia imperial y todos los nobles no escucharon nada de lo que tenía que decir.

¿En cuánto lío se metería la señora por haber dicho estas palabras? Es por eso que las confiadas palabras de Prillance ayudaron a Ver. Incluso si ella era una dama que no sabía de política, tal vez eran las palabras que más deseaba escuchar.

"Nunca te rindas fácilmente".

Ya sea su corazón o su vida.

Prillance se tragó el final de sus palabras y le deseó felicidad.

 

“Prillance”
Cuando regresó a la mansión Weiand, un hombre la llamó.

“Hablemos un momento”
Era el marqués, Jack Weiand. A pesar de su aspecto de mediana edad, sus ojos y su color de cabello se parecían a los de Prillance. Pero su atmósfera era mucho más aguda. Emitía una impresión aterradora a pesar de que era guapo. 

Jack y Prillance se sentaron en un sofá de la oficina.

"¿Es cierto que fuiste a visitar al Vizconde Grant?"
Jack observó a Prillance con una mirada aguda.

El Vizconde Grant estaba siendo observado debido a que su familia se encontraba en una posición peligrosa.

Prillance asintió levemente. Había escuchado que ella estaba enferma durante los últimos días y ni siquiera podía tomar sopa adecuadamente. Ella se veía demasiado delgada. Esa vista debilitó a Jack y suspiró.

"No sé lo que estabas pensando al visitar ese lugar, pero debes tener cuidado en el futuro. Todavía hay muchos ojos sobre ese lugar "
Prillance observó a Jack. ¿No estaba el Marqués Weiand detrás del caso Grant? ¿No sería Jack, quien estaba frente a ella, quien lo había ordenado?

Intentó recordar el contenido de la novela que había leído. Sin embargo, al final de la novela, la sección donde se revelaron los hechos del marqués Weiand y su caída se acortó en un capítulo y no se explicó en detalle.

Había supuesto que la vida en declive de los personajes secundarios no era importante. En ese momento, recordó que incluso ella leyó la sección rápidamente, ya que era incómodo de leer.

"Padre... ¿Realmente crees que el Marqués Grant lo hizo?"
Era una casa que estaba en el centro de asuntos delicados. Jack pensó que no debía dejar que Prillance y el Vizconde se reunieran. No, era cuestionable por qué la reunión con el Vizconde Grant había ocurrido en primer lugar. Estaban en la misma posición que ellos antes, pero nunca tuvieron interacciones.

"El Vizconde no dijo nada. Esto es sólo lo que creo personalmente"
Jack estaba sorprendido por esa inesperada respuesta. Había certeza en los ojos de Prillance.

Sin embargo, no podía entender de dónde provenía la confianza de Prillance. Pensó que ella solo sabía cómo socializar, pero no mucho más. Su único otro interés era Duque Tonz, pero por lo demás, normalmente, sólo estaba interesada en socializar con otras mujeres de la sociedad.

“¿Qué dices de repente?”
"... Nunca ha hecho algo ofensivo contra nadie"
Dijo, evitando la mirada de Jack.

“No negaré que el Marqués no es el tipo de persona que haría eso. Pero todos cambian. El Marqués Grant no es la excepción”
Él sabía el por qué Prillance pensaría eso. Incluso el emperador y otros nobles se sorprendieron al escuchar las noticias. Pero el creer sin fundamentos no ayuda. Prillance podría tener una idea equivocada.

“Si él fuera realmente inocente como piensas, el Marqués ya habría sido liberado de los cargos. Pero hubo un testigo que vio cómo se reunieron sus fuerzas militares, y eso ya constituye un crimen”
Jack pensó que era un error común que Prillance podía cometer sólo porque no sabía mucho sobre política y el mundo real.

“Todos los aristócratas son rebeldes potenciales. Incluso si haz jurado lealtad, solo te toma un segundo ignorarlo. En la corte imperial, sólo se permite reunir soldados para proteger el territorio y la frontera. Todas las demás reuniones militares se consideran traición”
"Entonces…"
“Además, desobedecer la decisión de la familia imperial sin una razón válida es también una traición a la lealtad. ¿Entiendes ahora?"
Jack se aseguró de que Prillance no volviera a confundirse de nuevo. Prillance trató de comprender la cosmovisión de la novela de la que él hablaba.

En su mundo anterior, la ley decía que uno era inocente hasta que se demostrara su culpabilidad con pruebas sólidas o testigos.

Sin embargo, en este mundo, uno podía ser juzgado sólo por las circunstancias, y se rige por reglas muy estrictas, especialmente si se trata de caballeros, soldados y traición.

Entonces podría ser que Jack se aprovechó de la debilidad de la familia del Marqués, que provenía de una familia de caballeros. Quizá Jack, quien tenía el mismo título, lo supo y lo usó mejor que nadie.

El problema era que no había forma de demostrarlo.

"Sé cuidadosa de ahora en adelante"
Jack pensó que Prillance, quién estaba aturdida y sin palabras, estaba al tanto de sus errores. Ella siempre se había preocupado por su reputación. Pensó que ella también manejaría esto correctamente.

 

HISTORIA PARALELA capítulo 1
Capítulo 1HISTORIA PARALELAhace 1 año
Lista de capítulosSiguiente