ESTE NIÑO NO ES TUYO (NOVELA) capítulo 36
Capítulo 36ESTE NIÑO NO ES TUYO (NOVELA)hace 12 meses
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CAPÍTULO 36



No muy lejos, se extendía el mar.

Un colorido globo se soltó de las manos de un niño y voló hacia el cielo, además, un agradable olor y un vapor blanco llenaba la ajetreada plaza, también.

Mientras tanto…

 

 

Kalia estaba cabeceando en una silla suave y acolchada.

El pintor se lo gritó en broma a Kalia, quién continuaba cerrando los ojos.

Apenas controlando sus párpados… Kalia abrió los ojos a duras penas, como si tuviera los párpados más pesados del mundo.

Había dormido profundamente la noche anterior, sin despertarse, pero su cuerpo se sentía pesado.

Sólo había soñado, pero sentía un extraño cansancio en su cuerpo como si el sueño hubiera pasado en realidad.

Kalia abrió los ojos lentamente y preguntó con la voz adormilada.

 

 

No estaba bostezando, pero no era una voz completamente lúcida.

El hombre sonrió disculpándose, y se apresuró a pintar mientras decía con una voz lánguidamente ronca.

 

 

Kalia se mantuvo quieta y esbozó una sonrisa en entendimiento de su halago.

A su derecha estaba Humming, quien se había quedado dormida, con la cabeza hacia atrás 90 grados.

 

 

‘Cielos.’

 

Suponía que no podía respirar porque su cabeza estaba hacia atrás.

Kalia miró a Humming con lástima y sujetó su cabeza para acomodarla un poco.

El pintor callejero, que estaba pintando a Humming, la miró a los ojos y bajó la vista a la pintura.

¿Y si Humming lucía como otra persona en la pintura?

Kalia se preocupó por un momento, pero no despertó a Humming. La dejó dormir.

Esos días, Kalia había estado observando a Humming practicar con la espada cada vez que tenía tiempo.

Después de establecerse en Roah, todo lo que Kalia podía hacer por Humming era enseñarle a ejercitar y sostener una espada.

Sólo empezó desde la semana 21 porque no pudo hacer nada por 20 semanas debido a la preocupación de Allen sobre que debía ser cuidadosa durante sus primeras semanas.

Pero conforme el día del parto se acercaba, Kalia procedió a enseñarle a Humming.

Según lo que dicen las personas, debe dársele al menos un mes de recuperación al cuerpo después de dar a luz.

Además, sería más difícil encontrar tiempo porque Kalia quería cuidar por completo al niño, en lugar de conseguir una nana.

Por otro lado, Humming trabajaba más al lado de Kalia mientras pasaba el tiempo. Era ingeniosa e inteligente, así que solía encargarse de las cosas que Kalia no ordenaba.

Cosas como cambiar las pantuflas para sus pies hinchados o prepararle siempre jugo de ciruela, ya que regularmente se sentía hinchada por la presión en su vientre.

Kalia también encontró que había manejado algunas cosas que antes no sabía que eran inconvenientes.

Kalia se sentía agradecida y apenada por Humming.

Claramente había incorporado a Humming a su escuadrón, y en algún punto, empezó a actuar como su secretaria personal.

Sin embargo, siempre tenía una expresión brillante sin quejarse o mostrar signos de cansancio.

 

‘¿Qué puedo hacer por Humming?’

 

Por ahora, ver su práctica con la espada nuevamente era el comienzo.

Poco a poco, le iría enseñando todo lo que necesitaba a Humming.

Si no regresaba a la capital pasado mucho tiempo, podría asignarle un maestro en la capital a Humming. O podría ascenderla en su academia.

 

‘... Como sea, te daré todo lo que pueda.’

 

Así de agradecida se sentía con Humming.

Humming había dicho que Kalia la había ayudado hace años, pero lamentaba no poder recordarlo.

Pasando por una provincia terminó discutiendo con un Lord malvado, y casualmente Humming se encontraba detenida. Le dijo a Kalia que la seguiría como si fuera la esposa más leal, pero no se le ocurrió que Kalia aceptaría su ayuda.

Humming tenía un cuerpo pequeño y manos rápidas, pero una fuerza muscular débil.

Aunque su experiencia en combates no era demasiada, era rápida y tenía un sentido instintivo para ciertas situaciones y variables muy desarrollado. Así que, pensó que un ataque de lejos sería mejor que uno cuerpo a cuerpo, que poder moverse libremente ya que era liviana sería mejor que un arma pesada.

 

‘¿De entre las armas hay alguna buena espada? Creo que uno de los premios de guerra que recibimos hace unos años es una espada digna… Lo puse en el almacén de armas. Tengo que encontrarlo ni bien llegue.’

 

Humming practicaba tal y como Kalia le había enseñado.

Al ver que hablaba muy en serio acerca de blandir la espada hasta el amanecer, parecía que no la seguía sólo porque vivieran juntas o por agradecimiento.

 

Kalia cerró suavemente la boca de Humming, que se había dormido con la boca abierta, y pensó que se veía tierna.

Ñam-ñam, la cabeza de Humming se inclinó hacia otro lado mientras sonaba el chasquido de sus labios como si estuviera saboreando algo delicioso.

 

Allen había ido a atender a un paciente de emergencia. Así que, para esperar a su regreso, Humming sugirió que le pidieran un retrato a un pintor callejero, así que las dos estaban allí sentadas.

 

 

Y entonces.

 

 

El llanto de un niño llorando penetró los tímpanos de Kalia.

El sueño que tenía se esfumó, y abrió los ojos ampliamente.

 

 

El pintor, quien estaba decidido a dibujar a Kalia con todo su corazón y alma hasta el final, habló como si estuviera bromeando.

El grito surgió lo suficiente lejos para que sólo fuera escuchado por Kalia.

Sus ojos se dirigieron hacia el norte de la plaza de dónde había escuchado el sonido.

Escuchó el bullicio de ese lado y un sonido.

 

 

Un niño, de aproximadamente 10 años, se acercó corriendo cubierto de tierra y hojas.

De repente, el niño habló, mientras se sostenía por detrás de una mujer de mediana edad que vendía flores en una esquina.

 

 

‘¿Sizz?’

 

Kalia creía haber escuchado ese nombre en otro lado. Así que escuchó un poco más.

 

 

Dijo la mujer que vendía flores, mientras calmaba al niño.

El niño jadeó y rompió a llorar.

 

 

En ese momento, el ambiente alrededor del niño y su madre se agitó.

 

¡El bosque de hadas!

 

Aunque haya sido un error, puede que nunca vuelva a salir.

Ni siquiera los adultos podían salir fácilmente, ¡pero los niños habían entrado!

La madre de Ayla, con el rostro reacio y pálido, le habló.

 

 

‘¡...McCanna!’

 

En ese momento, Kalia saltó de su sitio sin darse cuenta. Sabía que lo había escuchado antes.

 

‘Sizz.’

 

Era el nombre de la menor de las hijas de la Sra. McCanna.



***

 

Kalia despertó a Humming, quien estaba adormilada, y se apresuró a ir de inmediato a casa.

Afortunadamente, se encontraron a Allen en el camino y así él no las perdía.

Cuando regresaron a casa, la Sra. McCanna ya había escuchado la noticia y estaba lista, con el rostro pálido.

 

 

Después de enviar a casa a McCanna, quien sudaba frío, Kalia giró para ver a Humming y Allen.

 

 

A diferencia de Humming, que corrió de inmediato hacia el caballo de Kalia, Allen observó a Kalia con duda.

 

 

Allen se fue, después de girar a ver a Kalia como si no le creyera.

 

Esperó nerviosamente una hora, pero afortunadamente Allen y Humming regresaron rápido.

 

 

Dos horas.

Había pasado muy poco para que se rindieran en la búsqueda.

Sin embargo, va a ser difícil encontrar a los niños si entran ‘profundo en el bosque’ mientras tanto.

 

 

Dándose cuenta, Allen se apresuró a añadir. Mientras, Kalia le miraba y asentía.

 

 

Percibiendo el tono rígido de Allen, Kalia habló suavemente.

 

 

Tenía razón. Los bosques de hadas eran sitios peligrosos.

Para una persona común.

Pero había una diferencia entre ellos y Kalia.

Era que la ‘niebla de alucinación’ del bosque de hadas no funcionaba en Kalia.



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