CAPÍTULO 27
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“Lloré… Uh… después de llorar… una apariencia horrible…”
Dejó caer los hombros con una expresión de impotencia mientras caía al suelo.
Sus sombríos hombros caían a la altura de sus rodillas.
‘¿Qué sucede contigo? Creí que estabas bien.’
Kalia, inclinando la cabeza, se acercó y le dio un golpecito en el hombro para que supiera que realmente no había problema.
Ante aquel delicado toque, Allen dirigió su mirada hacia ella.
Kalia se sentó a su lado, quedando muy cerca. La barandilla de madera que daba al rebaño quedó a sus espaldas. Sentada cómodamente, dijo.
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“Aún debes amar mucho a tu esposa, Allen.”
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“... No lo sé. No recuerdo muy bien cómo se sentía, pero aún me duele un poco cuando pienso en ella.”
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“¿Te sientes triste?”
MIentras esbozaba una sonrisa, miró hacia el cielo donde las estrellas estaban a punto de surgir.
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“No es así. La extraño, pero lo que siento está un poco lejos de ser tristeza.”
Dudó al inicio, pero abrió un poco de su corazón.
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“Yo… No quiero que recordar a Nadia me cause dolor. Ella no es alguien que me de sentimientos negativos. Quiero que sea una persona que me de felicidad por más que ya no esté a mi alrededor.”
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“Yo creo que aún la amas mucho.”
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“Aunque ella ya no esté aquí, el recuerdo de su existencia no desaparece.”
Dijo tímidamente y giró de repente a mirar al hijo de Kalia.
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“¿Tu bebé no es el hijo de la persona que amas?”
Kalia lo pensó por un momento y respondió cuidadosamente.
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“No amo a esa persona. Sería complicado decir que lo amo.”
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“Se podría decir que... es un amigo.”
Kalia miró a Allen con una expresión de sorpresa. ¿Cómo lo sabe?
Allen sonrió dulcemente después de leer su expresión.
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“Creo que eres más fácil de entender de lo que pensaba. Me asustabas cuando no lo hacía.”
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“¿Yo te asusto?”
Allen se apresuró a hablar ante la expresión de Kalia.
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“¡Tienes carisma! Ah, el carisma está allí, pero… creo que eres más honesta de lo que pensaba… Pareces ser muy apasionada… y no es algo malo.”
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“Sí, lo sé. Allen, no me tengas miedo. Lamento oír eso…”
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“Ah.”
Después de rascar su cabeza por un rato, rió.
Los dos miraron hacia el cielo por un momento. Mientras más se alejaban de la ciudad, más se acercaban a las estrellas.
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“Si no te importa… ¿puedo preguntar por qué quieres dar a luz sola?”
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“Está bien. Allen, eres mi doctor. Creo que tienes el derecho de saber un poco.”
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“Gracias por decir eso.”
Kalia rió un momento ante las palabras de Allen.
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“De hecho, yo tenía conocimiento de que no podía tener hijos. No tuve intención, pero terminé teniendo un bebé, y yo… yo sentí que moría. Este bebé, es un milagro para mi. Y quiero dar a luz a este milagro en un ambiente de felicidad. Quiero que crezca rodeado de amor.”
Allen escuchaba en silencio a Kalia.
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“Pero el niño que es una bendición para mi puede ser algo completamente diferente para la otra persona. Ya tiene una posición, una locación, un ambiente. No quiero forzarlo a tomar responsabilidad por mis errores. Y debido a que tenemos un bebé, no quiero ni ver el rostro de esta otra persona…”
Su niño era sólo su niño.
Ella estaba decidida a ser madre y quería criar a su hijo felizmente.
Kalia acarició su estómago. Y aunque no podía verlo, lo hizo como si sintiera la calidez del bebé que había concebido.
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“Sólo quiero que este niño nazca lleno de bendiciones.”
Su voz era claramente poderosa, decidida, y estaba llena de afecto.
La mejor soldado del Imperio se había convertido en madre.
Había abandonado todos los honores y el estatus que había acumulado en su corta vida, donde no le temía a la muerte, para tomar otro camino por la seguridad del niño.
Ella tenía seguridad en sus ojos, y Allen estaba fascinado por ello.
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“Estoy seguro de que serás una buena madre.”
Regresando su mirada a Allen, dibujó una sonrisa en sus labios y respondió.
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“Gracias.”
Lucía más feliz que nunca.
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Al día siguiente, Kalia se sintió algo extraña tan pronto como se levantó.
Allen le dijo que ya habían iniciado sus síntomas matutinos. Afortunadamente, mejoró pronto.
Cuando la pareja de ancianos se enteró de que estaba embarazada, le dieron leche tibia, frutos y pan de cinco granos para que coma. Eran alimentos tibios y sencillos pero parecían muy nutritivos.
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“Cuando era joven, tuve terribles síntomas matutinos. Mi mamá me cocinó mucha comida suave y tibia. Y era refrescante terminar con un poco de yogurt agridulce.”
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“Gracias.”
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“No puedo creer que estés viajando así sola, estás embarazada… ¿dónde están tu esposo o tu familia… cuándo estás en las primeras etapas de tu embarazo?”
Kalia se sintió un poco avergonzada.
Había soltado información muy fácilmente, y ya que Shyman la seguía, temía de que pudiera enterarse de que estaba embarazada.
‘Estoy segura de que los niños hada lo sabían… ¿le habrán dicho?
No, no saben quién soy, así que todo está bien. Estoy disfrazada.’
De igual forma, no podía regresar ahora. Esperaba que no le hubieran dicho nada...
Aunque necesitaba ser más cuidadosa. Kalia estaba decidida a ocultar mejor su identidad.
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“De hecho, yo…”
Bajó un poco la cabeza y esbozó una sonrisa amarga con cierta expresión en su rostro, como la de alguien que debe decir algo difícil.
Los ojos de la pareja de ancianos se dirigió hacia Kalia.
Kalia comenzó a actuar con cierta destreza.
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“Escapé de mi esposo… Mi esposo no llega en buenas condiciones a casa debido a su problema con el alcohol y con los juegos de azar, además hay muchas mujeres… Se molesta conmigo cuando bebe… no pude quedarme allí por más tiempo… así que… estoy escapando.”
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“¿Q-Qué? ¡Cómo es que ese pedazo de basura se hace llamar un maldito esposo!”
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“No, es mi culpa por casarme sin darme cuenta de quién era realmente.”
Aunque su actuación era algo extraña, fue eso lo que hizo que Kalia luciera más como la mujer de su historia. No tenía algo así como talento natural.
La pareja de granjeros estaba furiosa con el esposo inventado de Kalia, mientras Kalia miraba al suelo con una expresión de tristeza y masticaba firmemente el pan de granos mixtos.
Ante la repentina actuación de Kalia, Humming y Allen empezaron a beber leche.
Allen miró a Kalia con una expresión ligeramente aturdida.
Humming, quién era más ingeniosa, ya había entendido la situación. Y, de repente, Humming ya estaba hablando.
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“ Ahum… ¡De sólo pensar lo que ha pasado mi hermana…!”
Humming, que estaba comiendo pan de granos mixtos con mermelada de arándanos, repentinamente hizo que el pan que estaba mordiendo se convirtiera en un pan lleno de lágrimas y se empezó a lamentarse ruidosamente en el acto.
‘¿Q-Qué? ¿Qué pasa de repente?’
Cuando las dos mujeres empezaron a actuar al mismo tiempo, Allen, quien había sido atrapado de sorpresa, permaneció sentado sin decir una palabra.
“¿Estás ciego?”
Humming le golpeó en las costillas, sin llegar a verlo. Allen, sorprendido, bajó la mirada silenciosamente y esbozó una sonrisa incómoda.
Kalia miró a Humming por un momento, quién estaba siguiendo su táctica, aunque no le había entendido bien.
Creyó que sería buena idea, ya que estaban juntas, pedirle a la mujer con voz lastimera.
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“... Por eso no queremos que le diga a nadie que nos vió aquí. Temo que mi esposo nos esté siguiendo.”
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“¡Imposible! ¡No te preocupes, señorita! ¡Mantendré mi boca cerrada y pretenderé que no sé nada!”
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“Gracias… Por cierto, el pan está delicioso.”
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“¡Te alistaré un poco para que lo lleves!”
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“Oh, no tiene que hacerlo... Pero si aún quiere darmelo, lo aceptaré con gratitud.”
Kalia sonrió con amabilidad y sorbió un poco de leche tibia.
Era la primera vez que intentaba camuflarse… y pensaba que lo estaba haciendo bien.
***
Shyman regresó sin haber tenido éxito.
A su regreso, se dirigió a la mansión de Kalia.
Había ido a buscar a Kalia, el primer día, pero ahora la mansión estaba reconstruida de la misma forma en la que estaba antes de ser destruida.
El hechizo de reconstrucción contrariaba al flujo del tiempo, y era de hecho, un hechizo muy, muy difícil.
No era posible hacerlo con una sóla mano, y consume mucha energía de maná dependiendo de su alcance y tiempo.
Para restaurar esa gran mansión, sin importar que tan buen mago eras, necesitabas verter al menos un 70% de tu maná.
Por supuesto, tampoco era fácil para Shyman. Así que, también, gastó una considerable cantidad restaurando la mansión de Kalia. Comparado con otros magos, fue solo un 20-30%.
Pero, aunque le costara más del 90% restaurar su mansión, Shyman creía que no era un desperdicio en lo absoluto.
De todos modos, era magia, y su dolor físico no era nada comparado a la desaparición de la fragancia de ella.
Shyman se hundió en su cama, con pasos cansados.
Shyman, quien apoyó su cabeza en el suave colchón, cerró los ojos y murmuró con impotencia en un quejido.
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“Demonios… ¿A dónde fuiste, Kalia?”
Su corazón latía desesperado y su cabeza estaba tan caliente que podía explotar.
Ya eran tres días. Hasta que encontrara a Kalia, tendría que pasar inolvidables noches de dolor. ¿Por qué se había ido?
Aunque los dos no se amaban del mismo modo, ¿acaso no tenían esa maldita ‘hermandad’ o ‘amistad’?
Sin embargo, ella no le había dicho nada y, en su ausencia, había desaparecido rápidamente.
Más que una sensación de traición, el dolor por haber sido abandonado era más hiriente.
¿Eso era lo que significaba para Kalia?
Por un lado, estaba furioso, y por otro lado, estaba triste.
Por un momento, sentía su cabeza y su corazón hirviendo a punto de estallar, y en otro, sentía que se hundían en agua helada.
¿Quizá ‘esa noche’ había sido el problema?
Si no hubieran pasado la noche juntos, ¿Kalia no le hubiera dejado si no se hubieran entregado en la dulzura del placer?
… Si pudiera retroceder el tiempo, ¿borraría esa noche?
No, era imposible.
Shyman no pudo resistirse a besarla. No pudo evitar dejarse llevar por la dulzura del beso.
Además, no se arrepentía de esa noche.
Pero, pero… ¿Kalia se arrepentía de esa noche?
‘Podría enloquecer a este paso’
Ya eran tres días.
Shyman tragó un suspiro, tocando el final de la manta, sin arrastrarse por la cama.
Jalando la suave manta, la apoyó con cuidado sobre su frente.
La familiar fragancia infestó ligeramente el pecho de Shyman.
Y, su cabeza estalló.