ESTE NIÑO NO ES TUYO (NOVELA) capítulo 11
Capítulo 11ESTE NIÑO NO ES TUYO (NOVELA)hace 12 meses
AnteriorLista de capítulosSiguiente

CAPÍTULO 11



Los ojos dorados de Shyman perdieron intensidad, su fría mirada mostraba poca emoción.

Y murmuró, con un tono como si no le hiciera gracia.

Se retiró el monóculo y lo puso en el bolsillo de su camisa.

Como si no quisiera estar cerca de ella, Shyman subió por las escaleras y luego volteó a ver a Luina.

Luina se resintió. Sintiendo el temblor en sus ojos, enderezó la espalda intentando recuperar la compostura. 

Se dijo a si misma que todo eso era solo su imaginación.

Ella no pensaba que algún hombre pudiera resistirse a sus encantos.

Pensaba, ¿no era lo mismo con Shyman? ¿Acaso no fue Shyman Terloan quien creó los fuegos artificiales para ella?

Shyman sonrió, arrugando los alrededores de sus ojos. Parecía como si nunca hubiera escuchado de tal situación antes.

Su sonrisa estaba distorsionada, dejando una particular sensación poco acogedora. 

Esta mujer, pensó Shyman, parece ser arrogante. Y, aparentemente, su cabeza está llena de nada más que estupidez e ignorancia.

Ella levantaría el mentón altivamente y respondería con una sensación de depravación.

Después de sólo 10 minutos de conocerse. Simon observó a esta mujer, quien había agotado cualquier tipo de bondad que le quedaba y pensó que ella era despreciable.

“La diferencia entre esta mujer y Kalia es como la suciedad bajo mis pies y el vasto cielo sobre mí”

Incluso si él fuera un soldado enemigo, Kalia le daría de beber si él estuviera muriendo frente sus ojos.

Él sintió como si fuera una completa pérdida de tiempo tratar con esa mujer.

Shyman odiaba absolutamente la idea de perder su tiempo en cosas tan desagradables y molestas.

Todo esto parecía un insulto comparado a cuando despertó, hace poco, con el mejor humor del mundo.

Shyman se dio la vuelta y empezó a alejarse, dejando a tras a la princesa cuyos labios estaban temblando en humillación.

Luina le gritó mientras él bostezaba flojamente, subiendo las escaleras sin prisa.

El rostro de Luina enrojeció ante la firme y despectiva respuesta de Shyman.

Mirando el furioso rostro de Luina, Shyman sonrió sin poder contenerse.

Mientras él se encogía de hombros e intentaba subir las escaleras, le preguntó a Luina, como si recordara algo de repente.

Luina alejó su mirada de él, cruzó sus brazos y su rostro se arrugó como si estuviera diciendo, “¡Ahora mira eso!”. Era como si no le importara Shyman o lo que sea que tuviera que decir.

Él preguntó.

La expresión de Shyman empezó a suavizarse, sus ojos brillaron como si estuvieran llenos de calidez. Esto, junto a su suave voz hicieron que el rostro de la princesa se distorsionara.

Como un hombre que grita una confesión de amor, él dijo, con una voz rendida.

 Su voz se debilitó, descubriendo su ira reprimida.

Shyman respondió con una voz y expresión de remordimiento.

Inesperadamente, su sonrisa era ligeramente suave y gentil. Esto causó que la mirada de Luina flaqueara.

Pero esto significó que su ira y humillación desaparecieran.

Mordiéndose los labios firmemente, atrajo el libro que había traído a sus brazos antes de levantar su mentón altamente, intentando desesperadamente recuperar su orgullo que había sido hundido hasta las profundidades del suelo.

Ella dijo, con la voz más profunda que Shyman había escuchado hasta entonces.

Luina soltó fríamente, y dobló su rodilla antes de lanzar un: 

Después, cerró la puerta de golpe y se fue.





Frente a la oficina del príncipe

Antes de abrir la enorme puerta, Shyman se detuvo frente a esta, frunciendo el ceño y frotándose la barbilla.

“La princesa se fue, pero al día siguiente, recibí una ridícula carta de Kalia. Estaba tan molesto que no logré preguntarle”

No importaba cuán despistada o insensible fuera con todo a excepción de la guerra, en fin, ‘eso’ no era su culpa.

 ¡Enviar una carta de disculpa al hombre con el que pasaste la noche!

Incluso mientras Shyman estaba sumido en sus pensamientos, su ira pareció explotar desde su interior. Sus ojos se encendieron y, agitado, apretó los dientes.

Esta es la primera vez que ha estado tan molesto con Kalia en los últimos 10 años desde que la conoce.

¿Lo siento? ¿Lo sentía? ¿Lo siento? ¿Sólo así? Parecía decir, lo que pasó entre ellos, que…

“Es como si dijeras que hiciste algo que no debiste hacer. Kalia…”

Es como si hubieras hecho algo de lo que te arrepientes.

Amargamente, mordió el interior de sus labios, luego se frotó el ceño de los labios.

Suspiro ~

Él suspiró recodando aquellas palabras de la carta.

Se sentía perdido sobre cómo abrirle los ojos a esa densa mujer.

Tengo que admitirlo.

La última vez, yo fui el estúpido. Estúpido, ignorante, engreído, e intimidante.

Incluso en la academia, Shyman se la pasaba negando el hecho de que tuviera alguna clase de sentimientos hacía ella.

Seguía extrañando a Kalia, pensando en ella, soñando con ella. Incluso cuando soñé con ella por primera vez, pensé que me habían lanzado una maldición.

No puedo creer que he llegado a amar a una mujer que es tan feroz como un león…

Ahora que lo pienso, creo que la he amado desde el primer momento en que la vi.

“Pero fueron cinco años para darme cuenta, un año para negarlo, y… otro año para admitirlo, siete años para mí. Es irritante”

Después de admitir su amor por Kalia a sí mismo, sólo empezó a preocuparse más y a volverse cada vez más consciente. Era como si hubiese tenido un descubrimiento repentino, desenterrando una herida dentro de él que nunca antes supo que estaba allí.

Amo a Kalia.

“Me gusta Kalia… No, de hecho ya la amo, ¿verdad?”

Era un sorprendente, aunque al mismo tiempo, un muy interesante autodescubrimiento.

Shyman había intentado mucho decirle a Kalia cuánto la amaba.

¡Si no fuera por esa maldita guerra que estalló!

“¡Otros siete años!”

Debido a Kalia, que siempre se había desplegado a la vanguardia, Shyman también se ofreció como voluntario para estar a la vanguardia junto a ella, lo que resultó en él volviendo como un héroe de guerra.

Realmente, él sólo, sólo, sólo quería proteger a Kalia.

Mientras empezaba la disputa dentro de las naciones isleñas de Matahari, el mar oceánico tenía problemas a causa de piratas. Esto duró hasta que el Imperio intervino, causando que se diera lugar a la guerra.

Por siete años, la guerra estalló incesantemente, haciendo difícil para él establecer las cosas. Si desestimaba cualquier señal de peligro, podía regresar empapado en sangre.

Bajo tales circunstancias, una confesión de amor hubiese sido un lujo.

Cada vez que Kalia sangraba o era herida, Shyman estaba preocupado con la idea de terminar esa maldita guerra lo más pronto posible.

Kalia era mucho, mucho más importante para él que la seguridad del Imperio.

La guerra terminó después de siete años con mínimo derramamiento de sangre, ya que los monstruosos guerreros, la comandante en jefe, Kalia, y el abrumadoramente talentoso mago de cabellera plateada estaban determinados a terminarla lo más pronto posible, comprometiéndose en la batalla con mucho fervor y resolución.

A causa de ello, se podría decir que los guerreros fueron capaces de terminar en sólo siete años lo que suponía iba a ser una guerra de 100 años, todo gracias a esos dos individuos.

Shyman murmuró, cínicamente, por lo bajo. El guardia cerca a él le echó un vistazo rápido.

Estuviera o no los guardias, no importaba. Shyman miró fijamente la puerta bien cerrada y se aferró a la persistente incomodidad que sentía.

Creo que Luina le ha dicho algo a Kalia, pero… ¿qué le dijo?

La última vez, le pregunté si conocía a la princesa real, ella tenía una expresión extraña pero no pareció mostrar mucha irritación.

* “Shyman, creo que fui demasiado lejos. Me disculpo nuevamente por ese día...” *

… Él no pudo preguntarle en detalle porque antes de que Kalia pudiera siquiera terminar sus palabras, él tenía sus ojos revueltos en ira y tuvo que apaciguar la bola de fuego que soltó por despecho.

Era Shyman, a quien le habían enseñado a ser racional y frío frente a todo. Sin embargo, cuando se trataba de Kalia, su razonamiento parecía ser lanzado por la ventana.

Toda su tensión estaba enfocada en ella, era tan fácil para él emocionarse y enfurecerse a su alrededor.

“Voy a necesitar para reducir esta agonizante personalidad… reducir la cantidad de bromas a Kalia. No, pero ¿es eso lo quiero? Ah, realmente estoy en problemas… ¿… Preferiría aburrirme?”

De alguna forma, él sintió que debía parar un poco sus pensamientos tontos cuando estaba pensando en Kalia.

Si lo intentara y lo hiciera, ¿no disminuiría un poco el ardiente interés en ella?

Shyman, quien tenía el ceño arrugado, arrugas entre sus cejas, sacudió la cabeza y abrió la puerta de la oficina del príncipe.

Su primo, quien creyó se quedaría despierto hasta tarde, estaba sentado en la barandilla de la terraza. El hombre estaba sentado en la barandilla, bebiendo whisky.

Con una extraña atmósfera, Shyman preguntó, frunciendo el ceño momentáneamente.

La mirada de Louismond parpadeaba sobre la capital bajo él. Las luces de las casas relucían como estrellas en el claro cielo nocturno.

Girando su cabeza, miró a Shyman silenciosamente, antes de agitar sus manos en invitación.

“¿Qué está mal con él?”

Louismond se encogió de hombros sin responder.

Su mirada lucia bastante perturbada. Shyman se paró junto al hombre que no decía una palabra, antes de tomar un profundo respiro y preguntar bruscamente.









ESTE NIÑO NO ES TUYO (NOVELA) capítulo 11
Capítulo 11ESTE NIÑO NO ES TUYO (NOVELA)hace 12 meses
AnteriorLista de capítulosSiguiente