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HISTORIA PARALELA – CAPÍTULO 2

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‘Final feliz.’

Estas eran las únicas palabras ocupaban los pensamientos de Prillance. Y el final feliz de la protagonista era Ver. Sin importar la razón, aquellos que interferían en el romance de los protagonistas tenían su propio castigo.

Prillance lo hizo, y Ver lo hizo. Quizá Ver, quien no podía dar ni un paso en su corazón, había sido castigado más que Prillance, quien había sido ferozmente rechazada.

Después de verlo en persona, ella tenía un deseo más fuerte de hacerlo feliz.

Prillance era una de las figuras importantes en la novela, y era una persona influyente dentro de la nobleza. Además, su familia había sido la familia que hizo caer la vida de Ver en su abismo. Ella estaba en la mejor posición para encontrar y mover información que podría haber sido invisible ante el ojo promedio.

Quizá, ella podía regresar la felicidad a Ver.

Había algo que tenía que hacer primero hasta que encontrara una forma de revertir la situación actual de Ver. Antes que nada, tenía que detener a Ver de entrar a ser parte de los caballeros de la familia Tonz.

Ver, quien había crecido en una familia de caballeros, heredó la misma sangre y era muy conocido en el imperio.

Desafortunadamente, fue el Duque Tonz quien reconoció a Ver, quien no pudo ingresar a los Caballeros Imperiales. La familia Tonz había estado contratando continuamente a caballeros talentosos, y aunque él no pertenecía a ningún lado, Ver aún poseía capacidades superiores. Después, cuando se convirtió en uno de los caballeros de la familia Tonz, Ver se convirtió en un caballero de escolta encargado de proteger a Cecia, quien se había vuelto la prometida del Duque Tonz. Incluso entonces, él aún vivía la vida para proteger a su amada, incluso cuando ella amaba a otro.

Ella creía que era lo más cruel en su vida. Así que, esta vez, ella decidió romper su ciclo de miseria. Ella ayudaría a Ver, quien era inocente, reavivando su relación con Cecia.

El primer paso era prevenir que Ver se convierta en uno de los caballeros del Duque Tonz.

 

*

 

  • “Señorita.”

 

En vez de beber el té, Ver la llamó en voz abaja con una expresión determinada en el rostro.

 

  • “Ah, el sabor del té es bueno.”

 

Sólo entonces, Prillance volvió en sí y bebió el té. La señorita Weiand, con quien él jamás había interactuado antes, ya había visitado su casa varios días.

Él pensó que no volvería a verla otra vez después de ese día. Sin embargo, fue a partir de ese día en adelante que empezó a ir. A excepción del primer día, ella sólo había estado bebiendo té antes de irse sin decir nada.

 

  • “Ha estado bebiendo el mismo té por días. Quizá para ahora, la casa de la señorita ya tenga este té.”
  • “Ah…”
  • “Así que, si no hay nada más que desee decirme, espero que deje de venir.”

 

De hecho, su visita no era una molestia. Ella no era ni demandante ni ruidosa, como pensó que sería. Además, era la primera aristócrata en visitarlo continuamente después del incidente. Incluso las señoritas que antes intentaban llevarse bien con él se alejaron tratándolo de forma cortés pero indiferente.

Sin embargo, la razón por la que Ver la alejó primero fue debido al efecto que tendría en el futuro de ella. Ahora que su familia era conocida como la familia que podría revelarse de nuevo, no sería bueno que se involucrara con él. Así que tenía que terminar con sus visitas que se habían vuelto bastante cómodas y familiares.

Por el contrario, Prillance pensó que era una oportunidad para implementar el plan en el que había estado pensando por días.

Había una forma de mantenerlo fuera de la familia Tonz.

Y era convertirse en caballero en otra familia que no sea la de Tonz. Otra opción, era convertirse en mercenario, pero Ver, el sucesor de una familia de caballeros que habían sido leales a la familia imperial, no tomaría tal decisión.

Sin embargo, sería extraño sugerirle que se vuelva un caballero de una familia aparte de la familia Weiand.

En primer lugar, no muchos nobles tenían caballeros, a parte de los caballeros imperiales, los caballeros del Duque Tonz y el Marqués Weiand eran los únicos que tenían una prestigiosa posición y reconocimiento en el imperio. Así que, ¿por qué no convertirse en un caballero de la familia Weiand hasta que su familia esté limpia de cargos y él vuelva a ser nuevamente feliz con Cecia?

 

  • “¿Por qué no te conviertes en uno de los caballeros de nuestra familia?”

 

Prillance bajó la taza y observó a Ver. Él también estaba mirándola. Prillance no esquivó el contacto visual para mostrarle su resolución, y Ver intentaba de descifrar lo que estaba diciendo.

 

  • “Sé que tus habilidades son excelentes. Usa tus habilidades en la casa del Marqués Weiand.”

Ella sabía que los caballeros del Duque Tonz y del Marqués Weiand eran todos altamente competentes. Y sabía que no era una mala oferta para él ahora.

 

  • “Así que esta era la razón por la que vino.”

 

Ver estaba disgustado y decepcionado. La señorita que creía en su padre finalmente vino a decir esto.

Luego dijo en voz baja.

 

  • “Me negaré.”

 

Sorprendida por su extraña voz, ella hizo contacto visual con el inexpresivo rostro de Ver. Él no había sido descortés hasta ahora.

 

  • “Espera un minuto…”
  • “La enviaré a su carruaje.”

 

Antes de que la aturdida Prillance refutara sus palabras, se levantó y abrió la puerta del salón. Ver no quiso escuchar sus excusas.

 

  • “Guie a la señorita Weiand a su carruaje.”
  • “Sí, señor.”
  • “Por favor, cuídese.”

 

En un instante la puerta fue cerrada frente a Prillance, quien fue expulsada del salón. Y hasta el final, sus fríos ojos estaban observándola. Hasta el momento en que la puerta fue cerrada.

 

*

 

  • “Era ridículo en primer lugar.”

 

Nadie podría creer seriamente en su familia. Solo en la sala de recepción, los labios de Ver se burlaron de sí mismo. Él lo hubiera considerado seriamente si ella hubiese hablado desdeñosamente de forma abierta como las otras nobles y le hubiera dicho que lo contraría.

Ver también escuchaba, así que sabía de los rumores sobre ella. Sin embargo, no le importaron esos rumores hasta que lo experimentó él mismo. Él trató de juzgar sólo por lo que había visto de ella.

Más que rumores, lo experimentó por sí mismo. Definitivamente, ella era excelente entrometiéndose con la debilidad de las personas y sacudiendo sus corazones. Casi había pensado que era una buena persona. Y lo que es más, para ser capaz de crear una pequeña sombra de duda de que su última expresión podría haber sido real, ella era de hecho una persona aterradora.

 

 

  • “Prillance.”

 

Fue el Marqués Jack Weiand quien la llamó de regreso a la mansión. Luego le dio un largo sermón acerca de ser cuidadoso. Mientras tanto, justo como la última vez, Prillance no respondió.

 

  • “Me gustaría que el Vizconde Grant sea uno de los caballeros de nuestra familia.”

 

Al final, Jack suspiró y tocó su cabeza. Habló por tanto tiempo, pero era claro que ella no había escuchado nada de lo que había dicho.

Después de salir por un par de días, pensó que ella lo había entendido bien y pensó que estaba yendo de compras como siempre así que la dejó en paz. Si él no le hubiera preguntado al conductor del carruaje, probablemente él no lo hubiera sabido hasta hoy.

 

  • “La familia Grant ya ha recibido su castigo. Entonces, no importa a donde pertenezca, ¿no es así?”

 

Prillance tenía razón. Su título cayó y sus tierras le pertenecían a la familia imperial, así que ya había sido castigado.

Así que, si él se unía a cualquier familia, no sería extraño. Sin embargo, Ver no sería bienvenido en cualquier lado.

 

  • “No tiene que ser nuestra familia.”

 

Jack se negó con determinación. También pensaba que había algo sospechoso en el caso del Marqués Grant, pero aún estaba inseguro. No quería mostrar que aceptaba sus ideas en esta situación.

 

  • “¿Por qué? Incluso por el bien del imperio, ¿no es mejor a que se encuentre entre los caballeros de otra familia?”
  • “No es así de fácil.”

 

Prillance sabía que ella estaba siendo poco razonable. Incluso si el Marqués no estuviera frente a ella, ningún otro noble aceptaría a Ver de una sola vez. Si ella no conociera el contenido de la novela, ella lo habría entendido y dejado ahí.

Pero ella lo conocía, y sabía cuál era la razón por la que Jack rechazaba su idea. Tal vez era por ello que se sentía tan frustrada.

 

  • “Si lo estás rechazándolo sólo debido a los ojos que están sobre él, entonces estás cometiendo un error. Lo sabes mejor que nadie. Él es un caballero talentoso.”

 

Los ojos de estas dos personas, una frente a la otra, estaban tensos. Al final, Jack fue el primer en apartar la mirada.

No había nada erróneo en lo que decía Prillance, pero también era una idea extremadamente ordinaria que sólo se le pudo haber ocurrido ya que no sabía de política. Si ese no fuera el caso, las familias nobles que tenían caballeros estarían peleando por tenerlo como uno de sus caballeros.

 

Por otro lado, era una gran carga.

 

  • “El Vizconde no querría pertenecer a nuestra familia tampoco.”

 

E incluso si Jack aceptara, el Vizconde Grant no estaría complacido con la familia Grant, con quien tenía muchos desacuerdos.

 

  • “Eso… No, si el Vizconde lo solicita, ¿se lo permitirías?”
  • “… Lo reconsideraré entonces.”

 

Finalmente, fue Jack quien levantó la bandera blanca. Por supuesto, él mostró meticulosidad, dejando entrever una vaga consideración.

 

*

 

Prillance se dirigió al paseo que se encontraba junto a la mansión del Vizconde Grant. Ver estaba allí. De acuerdo a Mindy, él disfrutaba caminar sólo por ese lugar.

No tenía la intención de rendirse así. Se detuvo en medio del paseo y espero hasta que llegara.

 

  • “Señorita Weiand”

 

Cuando oyó la tan esperada voz de Ver, Prillance sujetó ligeramente el dobladillo de su vestido. Era tiempo de mostrar la expresión que tanto había practicado por días.

El punto clave de la operación era la desvergüenza.

 

  • “Oh por Dios, ha pasado un tiempo.”

 

Luego, pretendió mantener la calma y levantó las esquinas de su boca que no se levantaron previamente.

 

  • “¿Qué está haciendo aquí?”
  • “Cómo puedes ver, estaba caminando.”
  • “¿Sola?”

Ella pudo oír el tono perplejo de Ver. Sabía lo que significaba esa expresión. Ese lugar no estaba ni cerca del recinto del Marqués Weiand, ni era un lugar para que una mujer fuera sola.

 

  • “Quería ir a un lugar calmado.”

 

Su respuesta ya era de esperarse, así que Prillance respondió descaradamente.

 

  • “Entonces, no la molestaré. Adelante, tenga un buen paseo.”

Ver se despidió cortésmente y dejó atrás a Prillance. Mientras Ver mostraba su espalda, Prillance sujetó el dobladillo de su vestido y se movió rápidamente. Luego, cuando Ver se detuvo y giró, Prillance se detuvo también y pretendió caminar lentamente.

 

  • “Camina bastante rápido.”

 

Le dijo a Prillance. Aunque Ver caminaba bastante rápido, observó que ella estaba de pie a una distancia no muy lejana.

 

  • “Oh, ¿lo hago? Ni siquiera lo había notado, el bosque es tan hermoso que ni siquiera me había dado cuenta que estaba caminando muy rápido.”

 

Prillance pretendió actuar casual y rio. Luego, tan pronto como Ver empezó a caminar nuevamente, adoptó impacientemente la misma postura.

Cada vez que Ver caminaba un par de pasos, se detenía y miraba hacia atrás. Mientras la brecha se estaba volviendo más corta, Prillance sostuvo el dobladillo de su vestido, pero lo soltó. 

En el apuro, sus manos soltaron el dobladillo de su vestido y se le salió uno de sus zapatos. Esta vez, Ver caminó sin mirar atrás.

 

  • “Mis viejas zapatillas hubieran sido perfectas para esta caminata.”

 

Con tales pensamientos, Prillance fue cojeando a encontrar su zapato. El zapato había rodado, ya que era un camino cuesta arriba, y se encontraba a una muy larga distancia.

Ella caminó con entusiasmo mientras sostenía su inoportuno vestido. Cuando estaba inclinándose en intento de recoger su zapato, apareció otra mano que lo recogió primero.

 

  • “Por esto es peligroso estar sola.”

 

Él no había volteado a propósito para ver qué tan lejos le seguiría, pero no pudo oír sus pasos. Y cuando se giró, vio a Prillance cojeando y con un solo zapato.

Ver sacudió el polvo del zapato que había recogido y lo puso en el suelo. Y, con una rodilla en el suelo, agarró su pie para ponerle el zapato.

 

  • “Uh, mi pie está sucio.”

 

Prillance se tambaleó mientras su pie lleno de suciedad era levantado del suelo. Ver tomó su mano y la puso en su hombro.

 

  • “Está bien. Por favor, sujétese de mi hombro.”

 

Cuando la mano de Prillance se apoyó en el hombro de Ver, su cuerpo se acercó naturalmente.

Se sintió nerviosa a causa de la corta distancia entre ellos.

El pie de Prillance estaba envuelto en una de las manos de Ver. Él pensó que su pie era realmente pequeño. Sacudió la suciedad, le puso su zapato y se levantó.

 

  • “Gracias.”

 

Ver observó su expresión tímida y quiso saber si esa expresión era real o no. Pero no lo preguntó. Si no era real, se decepcionaría nuevamente.

 

  • “No camine sola de ahora en adelante. Incluso si es sólo una caminata por este paseo, existe un riesgo alto de lastimarse.”

 

Ver sólo le dijo que fuera cuidadosa y regresó a su camino. Sin embargo, sus pasos eran significativamente más lentos que antes. Siguiendo su lento paso, Prillance también se movió lentamente desde atrás. Gracias a esto, ella fue verdaderamente capaz de dar un paseo mientras disfrutaba de la vista a lo largo del camino.

 

  • “Nos hemos topado nuevamente hoy.”
  • “Está aquí nuevamente hoy.”

 

Prillance saludó a Ver alegremente. Como siempre, Ver la saludó cortésmente y siguió su camino. Prillance lo siguió. Pero incluso ahora, su paso aún era considerado con ella.

Después de ese día, Prillance no se rindió y fue al paseo todos los días. En lugar de sus zapatos formales, estos fueron reemplazados con zapatos de tacón bajo con los que era fácil caminar, y escogió vestidos hechos para estar en actividad. Sin embargo, hablar con Ver no era fácil.

 

  • “Hoy el clima es agradable.”

 

Dijo ella detrás de él, quien caminaba un paso por delante, pero no hubo respuesta.

Había sido así en los últimos días. Él, realmente, sólo había estado dando una caminata sin hablarle. Pero ella no se rindió y siguió hablando como si estuviera hablando con ella misma.

 

  • “Señorita.”

 

Ver llamó a Prillance, dando un paso hacia ella. Ella lo observó con una sonrisa, ante la respuesta que finalmente había recibido. Ver se acercó a ella, quien estaba ansiosa por la tan esperada conversación.

 

  • “No voy a ir a ningún lado.”

 

Señaló sin dar más explicaciones, pero ella debía saber claramente de lo que estaba hablando.

El comentario cambió su expresión. Él no sabía exactamente si ella estaba avergonzada o decepcionada, pero el efecto parecía ser exactamente como lo pretendía.

 

  • “Así que, por favor deténgase y vaya a casa.”

 

Intentó hablar tan suavemente como le fue posible, pero no pudo deshacerse totalmente de la aspereza de sus palabras. Fue entonces cuando trató de girar su cuerpo sin arrepentimientos.

 

  • “De acuerdo.”

 

Ella respondió más rápido de lo que pensaba. Es más, él estaba más avergonzado por haberse preocupado de que ella sería obstinada.

 

  • “¿Realmente se está rindiendo?”
  • “Sí. No tengo intención de forzarlo a hacer algo que no le gusta.”

 

Era justo la respuesta que él quería. Sin embargo, ella aún no se iba.

Ver observó su expresión, parecía bastante despreocupada. Así que la situación se volvió más confusa.

Él había pensado que ella quería que se convirtiera en uno de los caballeros de su familia.

 

  • “En vez, si alguna vez te interesa ir a algún lugar, por favor considera primero a la casa del Marqués Weiand. ¿Puedes hacer eso?”

 

Inicialmente, su plan era impedir que formara parte de los caballeros de la familia Tonz.

Incluso si Roman le pidiera ser uno de los caballeros de su familia, si la oferta no fuera aceptada inmediatamente, ella ya habría alcanzado la mitad del éxito.

Ver, quien no sabía del plan de Prillance, pensó que ella estaba siendo de hecho una chica bastante astuta hasta el final.

 

  • “¿Que hará si no cambio de parecer incluso después de haberlo evaluado?”
  • “Entonces no hay nada que pueda hacer.”

 

Ella hablando con un tono casual, pero en realidad esperaba que él no hiciera. Porque, entonces, él no sería feliz.

En ese momento, su rostro cambió de repente expresando mucha lástima y tristeza. Estas emociones parecían yacer en el fondo de su corazón.

A veces sus expresiones tenían un excelente poder para conmover el corazón de una persona.

Todas esas veces, Ver podía evitar tener una sensación extraña.

 

  • “Entonces, esta será la última vez que te vea por aquí.”
  • “¿Disculpe?”
  • “Mi doctor me dijo que ya no era necesario que viniera.”

 

Ver no tenía la intención de seguir siendo influenciado. Sólo la observó sin responder.

 

  • “… Por casualidad, ¿piensas que vine por aquí estos días debido a mi anterior oferta?”
  • “¿No lo hizo?”
  • “Por supuesto que no. ¡Absolutamente no!”

 

Ella abrió ampliamente sus ojos e insistió en su inocencia con todo su cuerpo. Ver parecía sorprendido con su agresiva respuesta. Claramente eso era lo que él pensaba.

Él había imaginado que era la explicación más probable cuando iba a casa después de su primera caminata. Reflexionó sobre por qué estaba enojado. Él esperaba que no, pero finalmente había un malentendido.

Prillance se tomó un momento para hablar calmadamente. Ver la esperó.

 

  • “Por supuesto, sé por qué puede que lo hayas malentendido. Pero esa no era mi intención. Sólo…”

 

La mirada de Prillance sobre él era inquebrantable. Era la misma mirada que tenía cuando visitó su casa por primera vez. Era la mirada que inesperadamente le decía que fuera fuerte, la mirada que él quería creer.

 

  • “No quería dejarte sólo.”
  • “¿Disculpe?”
  • “Si lo hacía, probablemente no hubieras salido nuevamente.”

 

Quizá el otro mes. Naturalmente, ella recordó el contenido de la novela. Si no fuera por Prillance, él seguiría manteniendo todo tipo de penas en la mansión.

Es por eso que cuando se lo contó Mindy, corrió directamente hacia él. Odiaba que él hubiera estado escondiéndose como un pecador cuando no había hecho nada malo. Y odiaba que la única persona que se había acercado a él fuera Roman.

Ya que no había más esperanza para él, no era más que tortura disfrazada de esperanza.

Ella conocía el sentimiento mejor que nadie. Ella había visto a Hyun Woo por bastante tiempo.

Había querido irse del lado de Hyun Woo tantas veces. Pero la razón por la que no pudo fue porque pensó que con sólo estar a su lado era suficiente.

Hubiera sido de igual forma para Ver. 

Ver a Román con Cecia hubiera lastimado su corazón, pero él quería al menos quedarse a su lado.

 

  • “Hay veces en las que ayuda el sólo hecho de estar al lado de alguien.”

 

Sólo porque ella estuviera a su lado no significaba que a él ya no le gustaría Cecia. Quizá, aún escogería el mismo desafortunado camino.

Sin embargo, hay veces en las que sólo el hecho de que haya alguien que entiende lo que sientes, te da fuerzas. Ella quería ser esa clase de persona para él.

Sus palabras se grabaron en su pecho. Quizá ese era el porqué. Incluso si la razón por la que ella venía era por el valor de su uso, puede que de hecho haya querido a alguien junto a él. Así que no había sido capaz de alejarla por días. Era un hecho que él mismo no se había dado cuenta hasta que ella dijo esas palabras.

 

  • “Y me gusta dar caminatas junto al Vizconde.”
  • “¿Qué…?”
  • “Debido al Vizconde, pude ver este maravilloso lugar.”

 

Prillance sonrió alegremente. Sin embargo, Ver no pudo responder a su sonrisa. Creía que él no era muy emocional, pero, de hecho, tal vez lo era.

Quizá era por la situación. Quizá era porque ella creía en una situación que nadie más siquiera escuchaba.

 

  • “…Creo que debería irme primero.”

 

El hecho de que él tenía que irse de su lado, ahora parecía real. Era grosero, pero, sin embargo, Ver caminó hacia la mansión como si estuviera escapando.

 

  • “Mañana… No, saldrás a dar una caminata otra vez, ¿verdad?

 

Prillance gritó hacía él quien de repente había desaparecido rápidamente. Pero él caminó sin mirar atrás.

Por otro lado, a la distancia, él no sabía porque su voz y su rostro seguían viniendo a su mente.

 

 

Una tarde, la mansión Weiand se vio atareada. Una mucama trabajaba duro en el cabello de Prillance, una en su rostro, y otra en sus uñas.

Prillance estaba muy feliz con el lujo que recibía por primera vez. Pero rápidamente, se agotó por la interminable preparación que continuaba desde que comenzó en la mañana. Cerró sus ojos y visualizó su plan de hoy, dejándose en las manos de las mucamas.

Hoy era el día en el que Prillance iba a implementar su segundo plan. Esa era la razón por la que las mucamas están en tal movimiento.

Ella era una de las personas que pensaba que la apariencia de Prillance, aunque valía la pena observar, era completamente inútil. Sin embargo, esta era la única arma que tenía.

 

  • “Señorita, está lista.”

 

Después de ponerse el vestido, el reflejo de Prillance en el espejo era realmente hermoso.

El cabello grueso, mitad trenzado, mitad cola de caballo, a diferencia del usual maquillaje relajado, aunque no glamuroso, le dieron una apariencia elegante.

Prillance dio una última mirada determinada a su reflejo en el espejo antes de, finalmente, abordar el carruaje preparado.

Dentro del agitante carruaje, cerró sus ojos y recordó a Ver. Se necesitaba un plan para que él fuera feliz.

Ahora que el primer plan había sido puesto a un lado, hoy era aún más importante.

Roman Tonz. El protagonista masculino de la novela. Él era un Duque del Imperio Arceo y el Rey del reino vecino de Barua.

El reino de Barua era un país que estuvo bajo el dominio del Imperio, pero ahora era un país individual con poderes diplomáticos independientes.

Sin embargo, al heredar el título como un Duque del Imperio al mismo tiempo, era casi lo mismo que ser gobernado por el Imperio.

Él era frío hacia los extraños, pero cálido hacia su gente. Al menos que fuera una persona en la que confiara, él era un hombre que no daba una mínima vista de una risa sincera. Para Roman Tonz, Prillance era sólo una terrible mujer persiguiéndolo.

Pero hoy, ella tenía que ofrecerle compromiso.

Suspiró ante las dificultades que afrontaría hoy.

Se sintió más nerviosa por la confrontación que por el hecho de que hoy era su primer baile.

 

*

 

Tan pronto como entró, en concordancia con la descripción de ella en la novela como la Flor de la Sociedad, toda la atención de las damas aristócratas se centró en ella.

Entre ellas, Prillance escuchó, sólo asintiendo con una sonrisa superficial.

Luego, en el momento justo, realizó su escape y se dirigió hacia el salón del segundo piso.

Aún era temprano y el baile acababa de empezar, así que el desierto pasillo estaba tranquilo. Prillance abrió la puerta frente a ella.

 

  • “Creo que es por aquí.”

 

Ella no podía recordar la locación exacta aparte de que estaba en el salón del segundo piso. Cuidadosamente, entró a la habitación cuyas luces no estaban encendidas. Si hubiera sabido que esto pasaría, hubiera leído la parte del protagonista principal diligentemente. Intentó encender las luces.

Antes de que pudiera sentir la presencia de alguien más, alguien la empujó contra la pared y tapó su boca.

 

  • “¿Quién eres tú?”

 

Debido a la mano del hombre cubriendo su boca, no pudo gritar.

Además, a causa de la oscuridad, no puedo ver el rostro del hombre.

Pero, Prillance tenía una idea de quién era ese hombre.

Se las arregló para estirarse y encender las luces, y sólo entonces vio el rostro del hombre.

 

  • “Prillance. ¿Qué estás haciendo aquí?”

 

Roman Tonz. Él era el protagonista masculino de la novela y la razón por la que vino al baile hoy.

Pronto, Roman se alejó de Prillance. Frialdad y molestia coexistían en sus ojos.

 

  • “Mis saludos al Duque.”

 

Prillance lo saludó primero, pero Ver ni siquiera pestañeó. Era obviamente una actitud de indiferencia hacia ella. Era también un rápido vistazo de qué clase de persona era Prillance para Roman en la novela.

 

  • “Pregunté que estabas haciendo aquí.”

 

Antes de que supiera, Roman ya estaba sentado arrogantemente en el sofá ubicado en un lado del salón.

 

  • “… Tengo algo que preguntar.”
  • “Has estado siguiéndome todo este tiempo a causa de esa curiosidad.”

 

Había un tono de burla en sus palabras. Aun así, no estaba mirando a Prillance. Ella tomó un profundo respiro, pensando en cuán alegre estaba de que él no estuviera mirándola.

Si recordaba bien, las familias del Duque Tonz y del Vizconde Royne se comprometieron poco después de que el titulo aristocrático de Grant cayera. Prillance iba a cambiar eso.

 

  • “Quiero saber cuál es su relación con la señorita Royne.”

 

Sólo entonces Roman la miró. Cualquier mujer hubiera sido hechizada por la apariencia del apuesto joven rubio. Si no fuera por sus fríos ojos.

 

  • “¿De qué estás hablando?”

 

A diferencia de sus afilados ojos, Roman preguntó como si no supiera de lo que estaba hablando.

 

  • “Están saliendo, ustedes dos.”

 

Sólo entonces, él se puso de pie y se acercó a Prillance. Sus feroces ojos verde oscuros aún estaban mirándola.

 

  • “No sabía que la señorita tuviera a alguien para vigilarme.”

 

Antes de que los supiera, pudo sentir a Roman cerca de ella.

 

  • “Creo que debería escuchar esta historia de una forma más cercana.”

 

Él estaba de mal humor ahora. Él pudo ver el cuerpo de Prillance encogerse como si su ira estuviera dirigiéndose hacia ella.

Prillance había perseguido a Roman como si fuera el único hombre en la tierra. Pero para Roman, que estaba acostumbrado a que las mujeres se le lanzaran, el comportamiento de Prillance no era nada nuevo. Incluso si tenía un título alto como la hija de un Marqués.

Para él, Prillance era sólo una molestia, como cualquier otra mujer.

Desde su niñez, Prillance lo había seguido dentro y fuera de su estado, convirtiéndose en la mujer más cercana a Roman. Roman la dejó sola, sin darle una pizca de afecto.

Cuando Prillance excluyó a todas las mujeres de la sociedad que estuvieran asociadas con Roman, él sólo lo dejó ser. Porque todas sus acciones no significaban nada para él.

 

  • “¿Cómo sabías de esto?”

 

Una voz grave provino de Roman, quien acortó un paso entre ellos. Él nunca apartó sus ojos de ella mientras se acercaba a Prillance. Si las miradas mataran, ella creyó que ya estaría muerta ahora. Aunque ella esperaba que estuviera molesto, esto estaba más allá de sus expectativas. Prillance apretó el dobladillo de su vestido con temor.

 

  • “Incluso si no tuviera a alguien para seguir al Duque… cualquier persona que entre y salga de su estado lo sabría.”

 

Prillance habló con dificultad en el pesado aire a su alrededor.

 

  • “Señorita Weiand. Creo que he sido bastante generoso con usted, ¿qué es lo que cree usted?”

 

De repente, Prillance estaba agradecida de su estatus. Quizá Roman lucía como si estuviera a punto de lanzarse y agarrarla del cuello, pero no mostró ningún movimiento en sus palabras ni en sus acciones.

 

  • “Comprometerte con la señorita Royne… ¿vas a hacerlo?”

 

Preguntó Prillance, escabulléndose de la mirada de Roman. Ella quería lucir lo más calmada posible.

 

  • “Si hubiera una ley que dijera que deberías comprometerte cuando tienes citas con alguien, entonces ya hubiéramos considerado comprometernos. Pero, afortunadamente, no existe tal ley en el imperio.”

 

Roman sujetó su barbilla y la observó. Frente a la molesta mirada de Roman, Prillance retrocedió instintivamente, alejándose de él.

 

  • “Más bien, creo que es una mentira decir que no tienes a alguien que me vigila.”

 

Roman se acercó un paso más, mirándola a los ojos, temblorosos de miedo. Nuevamente, Prillance retrocedió. Cuando el cuerpo de Prillance tocó la puerta cerrada y ya no pudo retroceder, Roman enderezó su postura e hizo una mueca como la de un lánguido depredador observando a su presa.

 

  • “Señorita Weiand, le preguntaré de nuevo. ¿Tiene a alguien?”

 

Debido a la corta distancia, naturalmente, Prillance miró hacia arriba. Ella no podía moverse a su voluntad mientras Roman dirigía su ira hacia ella.

 

  • “…No. Eso es… imposible.”

 

Prillance estaba tan asustada que quería colapsar ahí mismo. Se esforzó por hablar mientras apretaba y arrugaba su vestido. Las lágrimas parecían acumularse en sus ojos. Tenía ganar de llorar. Sólo entonces, la ira dirigida hacia ella disminuyó gradualmente.

 

  • “Está bien. No sé qué te habría hecho si lo tuvieras.”

 

Roman sonrió hermosamente. Pero la hermosa sonrisa de Roman nunca era dulce.

Prillance asintió, sin pensar siquiera en respirar apropiadamente. Después de verla así, Roman retrocedió.

Sólo entonces, Prillance respiró débilmente, exhalando el aire que estaba conteniendo. Él estaba complacido con la apariencia de Prillance y sonrió.

 

  • “Entonces, ¿de qué más querías hablar?”

 

Preguntó Roman sin preocuparse por la condición de Prillance.

 

  • “Estoy aquí para proponerte un compromiso.”

 

Aún había un ligero temblor en la voz de Prillance mientras soltaba esas palabras.

A Roman le gustaba la apariencia asustada de Prillance. ‘El necio es atrevido, y el sabio, comedido’. No era agradable para él que ella estuviera persiguiéndolo.

 

  • “¿Es así? Señorita Weiand, yo no sólo me comprometo con cualquiera.”

 

Roman rió como si hubiera escuchado algo gracioso. Roman sabía que casarse con Prillance sería más ventajoso para él, era la hija de Marqués Weiand, la familia más influyente del imperio.

Sin embargo, a Roman no le gustaba el terrible temperamento de Prillance y su obsesión hacia él.

Una de las cosas que más odiaba de su comportamiento era que intentaba controlar a otros. Por lo que, descartó a la señorita Weiand por completo. Como resultado, había pactado un trato con el Vizconde Royne.

Para él, el matrimonio era sólo eso.

 

  • “Sé que no soy mucho. Pero vine aquí a hacer una oferta.”
  • “Una oferta…”

 

De hecho, él no estaba realmente interesado. Roman fingió que estaba pensándolo y tocó su barbilla.

 

  • “No tienes que aceptarlo.”

Ella añadió rápidamente.

 

  • “Entonces, escucharé y decidiré.”

Cuando Roman dio su permiso, Prillance sacudió ligeramente su cabeza para deshacerse de sus miedos en ese momento.

 

  • “Si te comprometes conmigo, puedes usar el poder del Marqués para ayudar al reino de Barua.”
  • “Esa ayuda… No me interesa mucho.”

 

Roman la interrumpió. No era que no lo hubiera calculado. Definitivamente, tendría bastante ganancia al casarse con la señorita Weiand. Sin embargo, Roman decidió renunciar a esas ganancias porque odiaba a Prillance.

 

  • “Ya que el estado del Marqués está por la frontera, tenemos el privilegio de tener una base de seguridad allí. No puede comprarse con dinero, y definitivamente, ayudará al reino de Barua.”
  • “… Estás hablando de la Primera Orden de Caballeros de la familia Weiand.”

 

Prillance asintió ante las palabras de Roman. Era una respuesta inesperada. Él pensó que Prillance, por supuesto, sólo hablaría de dinero, honor y dote.

 

  • “También, no volveré a molestar al Duque en el futuro. Esta es otra oferta que le ofrezco.”
  • “Esa es la más atractiva hasta ahora.”

 

Roman sonrió sinceramente. Sin embargo, era muy bueno para ser verdad, ya que no sabía cuándo cambiaría nuevamente.

 

  • “Si lo deseas, escribiré un memorándum. Sin contacto, sin interferencias.”

 

Prillance estaba familiarizada con los pensamientos de Roman. En la novela, Prillance era la única razón por la que Roman excluyó a la casa del Marqués Weiand de su lista de candidatas para matrimonio.

Si esa razón desaparecía, él podría considerar comprometerse con la casa del Marqués Weiand.

 

  • “No tienes que decidir ahora. Sólo pospón tu compromiso con la familia Royne mientras lo piensas. Además, mientras decides, no te molestaré en lo absoluto. ¿Eso no te da espacio para pensar en mi propuesta?”

 

Su oferta no era tan mala como pensaba, pero sabía que no podía responder precipitadamente.

 

  • “Entonces, lo pensaré.”
  • “Y hasta que tomes esa decisión, me gustaría tener citas con el Duque todos los días como la señorita Royne.”
  • “Señorita. Supongo que no ha recibido esta información aún, pero no tengo citas todos los días.”

 

Ante la conversación de su relación con Cecia, su voz se volvió peligrosa nuevamente.

 

  • “Entonces… vamos a reunirnos cada vez que te reúnes con la señorita Royne.”

 

Respondió Prillance, intentando extenderlo tanto como fuera posible.

 

  • “¿Y si no tengo la intención de reunirme con ella?”
  • “No importa. Si no te reúnes con la señorita Royne, yo tampoco vendré. Incluso si le escribes una carta o una nota a la señorita Royne frente a mí, está bien. Siempre y cuando no te reúnas con ella, mis condiciones se mantienen.”

 

Claramente, Prillance aún estaba temblando, aterrada de él. Sin embargo, fue capaz de decir lo que pensaba. Mientras apretaba fuertemente el dobladillo de su vestido, tampoco intentó evitar su mirada.

 

  • “Por ahora, vamos a pactar eso.”

 

Ella no era una mujer que podía hacer tal propuesta sin tener motivos ocultos.

 

  • “Entonces, esperaré tu invitación.”

 

Pretendiendo estar calmada hasta el final, dejó la sala. Sin embargo, se dejó caer tan pronto como la puerta se cerró. Sus brazos y piernas aún estaban temblando.

La ira de ese hombre aún parecía envolver su cuerpo.

Ella Intentó ponerse de pie. Pero se sintió mareada, así que se apoyó en la pared por un momento. Era un sentimiento que nunca más quería experimentar de nuevo.

 

Después de que Prillance se fue, Roman llamó a James. Ella dijo que no tenía a nadie vigilándolo, pero era difícil obtener información tan especifica como esta. Además, no pudo haber sido una coincidencia que fuera capaz de encontrarlo secretamente en ese lugar.

 

  • “Descubre como la señorita Weiand se enteró de la señorita Royne. Y verifica inmediatamente si ha enviado a alguien para vigilar la mansión.”
  • “Sí.”

 

Si había varias personas enviadas para vigilarlo, no tenía más opción que expulsarlos. El Duque Tonz no necesitaba de tales personas.

 

  • “También, quiero saber que ha estado haciendo la señorita Weiand recientemente.”

 

Prillance, desde la perspectiva de Roman, era una mujer a quien solo le importaba lucir como una reina en los círculos sociales.

Al inicio, él había concluido que era una mujer que no tenía otro interés más que el honor, poder, y favores de los hombres. Sin embargo, la mujer que vio hoy, tenía un buen ojo en el ámbito político.

El reino de Barua era un país donde era donde el comercio local estaba destinado a desarrollarse. Había sólo tres países en contacto con el reino de Barua. Ese era el número de países excluyendo al Imperio Arceo.

Como era colindante a varios países, el comercio se desarrollaba naturalmente. Sin embargo, también era un país que necesitaba fortalecer sus fronteras.

Y la familia del Marqués del Imperio Arceo, como dijo Prillance, podía proporcionarle seguridad a esa frontera. Además, esos soldados fueron estrictamente seleccionados, así que serían de confianza.

Así que, como dijo Prillance, Roman necesitaba a la familia del Marqués Weiand. Por otro lado, él la odiaba tanto que se había sobrepuesto a esa necesidad.

Roman recordó a Prillance, quien estaba temblando bajo su presión, pero siguió hablando hasta el final. Usualmente, la trataba con indiferencia, así que fue su primera vez receptando su energía frente a frente. Sin embargo, valió la pena ver cómo fue capaz de soportar.

Por otro lado, la propuesta que le había dado le parecía atractiva. Prillance sabía lo que más necesitaba.

 

  • “En todo aspecto, aún eres la hija de un Marqués después de todo.”

 

Roman pensó que ella debía haberlo aprendido del Marqués. Por lo que, de ahora en adelante, Roman ya no pensaría que Prillance era una mujer tonta.

 

*

 

  • “No veo a la señorita Weiand por ninguna parte.”
  • “¿Es por que el Duque Tonz no está aquí?”
  • “Quizá está dando vueltas por todo el lugar intentando encontrarlo. Hizo eso la última vez.”
  • “Oh, ¿no lo escuchaste? En ese entonces, sólo se había perdido por un momento.”

 

Las voces de las mujeres hablando no eran bajas, por lo que él pudo oírlas desde donde estaba. Ver, quien había ido en búsqueda de un lugar tranquilo, escapó del sonido de sus mordaces risas.

Eran de hecho aristócratas. Quizá pongan una sonrisa frente a ti, pero luego no podrías saber qué expresión tienen cuando les das la espalda.

Era un evento al que no hubiera asistido normalmente. Si no fuera por Prillance, quien le había dicho que no quería dejarlo sólo.

Y si no fuera por él, quien se sentía emocionalmente agitado.

Sin embargo, dado que había tomado su decisión repentinamente, estaba muy arrepentido. Desde que había entrado a la sala de baile, se había cruzado con las curiosas miradas de los nobles y recordó su situación, de la cual se había olvidado por un momento.

Después de recibir la mirada inofensiva de Prillance por algunos días, lo había olvidado brevemente.

Finalmente, Ver decidió evitar todas las miradas de los nobles. Él ya hubiera encontrado la salida más lejana del salón donde se efectuaba el baile, si no hubiera encontrado a Prillance.

 

*

 

Prillance, saliendo del salón de Roman, quería alejarse lo más posible del segundo piso. Se las arregló para llegar frente a las escaleras con su cuerpo tembloroso. Pero, finalmente, colapsó en medio de las escaleras, que parecían más largas que cuando había subido antes.

Ella ya esperaba que no sería fácil, pero no sabía que sería así de terrible. Se acurrucó e intentó calmar su tembloroso cuerpo. Se apoyó ligeramente en sus rodillas juntas y cerró los ojos.

 

  • “Piensa en cosas bonitas… Piensa en cosas bonitas… Piensa en cosas bonitas…”

 

Apretó su vestido que sostenía con su mano en intentó tener pensamientos agradables en su, actualmente, mente en blanco. Aunque ningún pensamiento venía a su mente, ella lo repetía como si estuviera colocando un hechizo sobre sí misma.

Ver observó a tal Prillance. Ella no se había dado cuenta de nada, ni siquiera cuando él llegó a su lado.

Prillance estaba acurrucada y su cuerpo temblaba. Él desconocía la causa, pero pudo deducir por su puño cerrado que estaba intentando sobreponerse de algo por ella misma.

Incluso Ver, quien no estaba familiarizado con el orgullo de Prillance, lo supo.

Lo hizo porque no quería que nadie la viera. Él intento irse sin que ella se percatara.

 

“Hay momentos en los que el solo hecho de estar al lado de alguien ayuda”.

 

Su voz volvió para atormentarlo. ¿No se aplicarían también a ella las propias palabras de Prillance?

 

Finalmente, Ver se sentó a su lado. Después de sentir la presencia de alguien cerca, solo entonces Prillance abrió los ojos. Sus ojos se encontraron con los de Ver, que estaba sentado a su lado.

 

“Tienes fiebre.”

 

Antes de que pudiera siquiera gritar su nombre, Prillance se sorprendió cuando la mano de Ver tocó su frente.

 

“¿Estás enfermo?”

 

—¿Era por eso que no había venido al paseo durante días? Ver pensó mientras miraba sus mejillas sonrojadas.

 

¿Pensó en ir al baile con este cuerpo? ¿Mientras soporta su ardiente fiebre?

 

Él frunció el ceño. No le gustó.

 

“Todavía tienes fiebre”.

 

“Aquí … Cómo …”

 

La fiebre aumentó cuando la energía de Roman se canalizó hacia su ya débil cuerpo aristocrático. Por eso, su voz se quebró levemente.

 

Prillance se sorprendió por su voz quebrada y no pudo hablar.

 

“Te enviaré a tu carruaje”.

 

Ver, que estaba tratando de ponerse de pie, tuvo que sentarse en su mano sosteniéndola. La mano de Prillance que lo sujetaba tembló. La mano le recordó a su puño agarrado al vestido hasta que quedó blanco.

 

Finalmente, Ver se quitó el abrigo que llevaba y cubrió los hombros de Prillance. No había forma de que estuviera bien en esta situación.

 

La ropa de Ver era lo suficientemente grande como para cubrir la mitad de su cuerpo. Su calidez se sintió a través del abrigo que cubría sus hombros.

 

Sabía que le había regalado su abrigo por su consideración por los demás. Probablemente no solo para Prillance, era del tipo que podía entregar su abrigo a cualquiera sin dudarlo.

 

A Prillance le gustó eso de él en la novela.

 

Prillance tiró del abrigo alrededor de ella un poco más. Miró su cuerpo cubierto y pensó que estaba muy delgada. El cuello, los hombros, la cintura, las muñecas y los tobillos que sostuvo la última vez. No es de extrañar que estuviera enferma.

 

“La Dama necesita aumentar su resistencia”.

 

“Qué…”

 

“Te enseñaré la próxima vez”.

 

Pudo ver la curiosidad escrita en su rostro. Pensó en por qué lo diría él mismo. Pero no quería ver a Prillance enferma sola.

 

Nada era más triste que estar enfermo por tu cuenta. Ver decidió pensar que sí.

 

“Si aumenta su resistencia, no sufrirá un resfriado leve”.

 

“Ah …”

 

“Eso sería mejor que simplemente caminar”.

 

Vigilancia comprendida. Le estaba dando permiso para seguir viniendo a verlo.

 

“Yo … haré mi mejor esfuerzo”.

 

Prillance dijo con un ojo parpadeante.

 

Ver sintió el calor en el lugar donde la tocó. Fue el calor que sintió de su mano lo que sostuvo. Esto significaba que la fiebre estaba empeorando.

 

“Dama.”

 

En el momento en que Ver pensó que tenía que enviar a Prillance a su carruaje, su frente cayó sobre su hombro. Su frente, que se apoyaba en su hombro, también estaba caliente. Su rostro también parecía un poco más rojo.

 

Primero te llevaré al salón.

 

Perplejo, trató de levantarla, pero su brazo indefenso lo detuvo.

 

“… Casa … quiero ir a casa …”

 

Prillance dijo desesperadamente, recogiendo sus sentidos. Dicen que conoces mejor tu cuerpo. Sintió que su fiebre no iba a desaparecer pronto. Era mejor recibir el tratamiento adecuado en casa. Además, Roman estaba en el salón.

 

No quería que Ver lo conociera.

 

“…Bien. En cambio, disculpe mis acciones por un momento “.

 

Ver la levantó en sus brazos. Afortunadamente, estaban en la salida más lejana del salón de baile, por lo que no se encontraron con nadie en el camino hacia el carruaje preparado.

 

A la propiedad del marqués Weiand, lo antes posible.

 

Ver dijo apresuradamente, colocando su cabeza para apoyarse contra él. El carruaje pronto desapareció a un ritmo rápido.

 

“La familia Grant”.

 

Roman murmuró mientras observaba a Ver llevar a Prillance en sus brazos antes de desaparecer apresuradamente. Ambas familias no habían tenido interacciones antes. A pesar de que solo lo vio brevemente, al ver cómo Prillance se apoyaba en Ver y cómo Ver se ocupaba de Prillance, parecía que estaban bastante cercanos.

 

Vizconde Royne. ¿Era la ex prometida del vizconde Grant Lady Royne?

 

“¿Eh?”

 

Ben se detuvo de repente, sin ver nada detrás de Roman. Tenía un rostro desconcertado. Había pensado que sus conversaciones habían ido bien hoy, pero la repentina pregunta de Roman lo puso nervioso.

 

Roman no escuchó la respuesta de Ben, pero su expresión fue suficiente para responder a su pregunta.

 

“¿Es una coincidencia?”

 

Roman sonrió amablemente, mirando a la salida donde los dos habían desaparecido.

 

“Entonces me iré primero”.

 

El cauteloso Ben seguía sudando. Después de dejar a Ben, Roman se subió al carruaje. Sabía bien que Prillance nunca hacía nada sin obtener algún beneficio.

 

“James. Descubra qué relación tienen esas dos familias “.

 

Recordó a Ver llevando a Prillance en sus brazos.

 

Quizás fue por su energía física que canalizó a Prillance. Incluso dentro de su mansión, hubo casos de sirvientes que se enfermaron después de recibir su ira.

 

“Tendremos que tener una cita, de una forma u otra”.

 

Odiaba ser molestado, pero sintió un poco de pena verla salir corriendo a toda prisa.

 

 

 

 

 

***

 

 

 

 

 

Desde el día en que conoció a Roman, Prillance sufrió un resfriado durante varios días. Tan pronto como le bajó la fiebre, llegó una carta de Roman como si hubiera estado esperando ese momento. La invitó a cenar. Y no hace falta decir que la mansión del marqués Weiand pronto se llenó de gente.

 

Cualquiera que trabajara para el marqués Weiand sabría que a Prillance le gustaba Roman. Su destino siempre estuvo relacionado con él.

 

Sin ser invitada, había ido previamente a la tienda del diseñador exclusivo del Duque Tonz. Ella le había pedido que fuera su diseñador para combinar con la ropa del Duque Tonz, como una pareja. Por supuesto, tuvo que pagar una cantidad muy grande. Desde ese día, Duque Tonz canceló su contrato exclusivo con ese diseñador.

 

Todos pensaron que esta invitación era un regreso a su corazón que nunca había sido devuelto.

 

Mindy estaba convencida de que las acciones de Prillance, que no habia visitado a Roman durante bastante tiempo, jugaron un papel importante en la recepción de esa invitación.

 

Por naturaleza, se ha dicho que las mujeres deben estimular el deseo de conquista de los hombres. Así que Mindy decidió hacer que Prillance fuera más bonita y elegante de lo habitual.

 

Prillance estaba nerviosa, a diferencia del ambiente animado de la mansión. Fue porque tenía que ver a Roman, quien recientemente canalizó su feroz energía hacia ella. Recordó el recuerdo de su energía aguda que permaneció en su cuerpo enfermo durante varios días. Incluso ahora, estaba afligida.

 

“¿Solo quería probarlo una vez?”

 

Prillance consideró seriamente su cita con Roman. Luego tocó la ropa de Ver que estaba cuidadosamente doblada a su lado.

 

Ahora que lo piensa, ni siquiera pudo agradecerle por llevarla a casa desde el salón de baile.

 

 

 

 

 

***

 

 

 

 

Dirigida por Fred, el mayordomo de la familia Tonz, se dirigió al comedor. El tamaño del comedor era mayor que el de muchas habitaciones juntas. Parecía haber sido construido para servir a la mayor cantidad de invitados posible. Roman ya estaba sentado al final.

 

Saludo al duque.

 

“Siéntate.”

 

A diferencia de la última vez, Roman trató a Prillance cortésmente. Sin embargo, Prillance, receloso de él, comió con cuidado.

 

“No estoy seguro de si será de tu agrado”.

 

“…Es delicioso.”

 

Roman la observó mientras tomaba un sorbo de vino.

 

Según la información de James, ella no plantó a nadie en la finca Tonz. Pensó que podría haber sido a través del vizconde Royne, pero no había tenido ningún contacto con la familia Royne.

 

Además, Lady Royne no apareció con frecuencia en los círculos sociales, por lo que no hubo muchos eventos en los que los dos participaran al mismo tiempo. Además, solo había sido hace unos meses.

 

“¿Cómo lo supo?”

 

Había sido un asunto bastante secreto. El acercamiento del vizconde Royne había sido muy cauteloso y su propia seguridad tampoco era despreciable. Era comparable a la seguridad de la familia imperial. Para que pareciera ser un matrimonio de amor que superó una brecha de estatus, se había elaborado un plan bastante completo.

 

Tener citas juntos era parte de ese plan. Debido a la personalidad de Roman de no tener citas de una manera revoltosa, quería difundir en secreto rumores de que había comenzado a conocerla en su propia mansión.

 

Sin embargo, eso también fue solo una vez al principio. Incluso entonces, había una seguridad total en ese momento porque, ante todo, quería saber qué tipo de mujer era Cecia.

 

Pero Prillance de alguna manera lo sabía. Además, incluso propuso una oferta. Como si supiera el trato entre el vizconde Royne y él.

 

Roman dejó de comer y miró a Prillance. Desde el momento en que entró, nunca lo había mirado.

 

Parecía una persona completamente diferente. Como si hubiera olvidado los días en que todo lo que hacía era tratar de llamar su atención.

 

¿Cambió su estrategia? En cierto sentido, es una estrategia exitosa. ‘

 

A diferencia de lo habitual, utilizó una forma bastante inteligente de atraer su atención. Sonrió interiormente.

 

“¿Hay algo en mi cara?”

 

Como Roman dejó de comer y la observó a ella, Prillance vaciló .

 

“No. Parece que la Dama es muy buena para mantener sus términos”.

 

Afortunadamente, parecía gustarle su condición de no molestarlo. Prillance suspiró aliviada en silencio.

 

“Porque no fue una mentira”.

 

“Sí, realmente no lo fue”.

 

Roman volvió a comer y ella bebió agua para calmar su garganta.

 

“Pero creo que la Dama ha cambiado”.

 

 

La mano de Prillance detuvo su movimiento.

 

“Quizás…”

 

Ella naturalmente se puso nerviosa ante la repentina pausa de sus palabras.

 

“¿Se desvanecieron tus sentimientos por mí ?”

 

“¿Eh?”

 

Se rió mientras miraba a Prillance, quien parecía desconcertado por los comentarios inesperados.

 

“Quiero decir, estaba bastante seguro de que le agradaba a la Dama a su manera”.

 

“Ah.”

 

Ante las palabras de Roman, pronunció una sola palabra con sarcasmo. En la novela, aunque Roman sabía que nunca la aceptaría, no la rechazó. Por lo tanto, Prillance se aferró a él con la esperanza de que algún día pudiera sentir lo mismo.

 

—¿Así que hiciste esas cosas a propósito?

 

La Prillance original, ¿no era más que un peón de Roman después de todo? Antes de que apareciera Cecia, había ahuyentado a la mayoría de las mujeres que él no podía calmar con las manos.

 

Ciertamente, esas acciones no fueron las que hizo ahora. Pero eso no significaba que sus palabras sonaran agradables.

 

“Pero mirando a la Dama ahora, eres como una persona completamente diferente”.

 

Sus palabras parecían preguntar ‘¿Por qué ya no estás interesado en mí?’. Prillance pensó que las palabras de Roman sonaban sarcásticas.

 

“No hay ninguna ley que diga que debería tener a alguien en mi corazón, ¿verdad?”

 

Sus sentimientos fueron transmitidos por la agudeza de sus palabras.

 

“Así es, pero la Dama tiene una persona así estos días, ¿verdad?”

 

“¿Qué estás tratando de decir? “

 

La sonrisa juguetona en los labios de Roman la puso nerviosa de nuevo.

 

“La persona más sexy en estos días. En los círculos sociales y en la política ”.

 

Roman miró a Prillance mientras apagaba su sed con vino. Ella lo miró con los ojos muy abiertos. Era extraño verla mostrar sus sentimientos sin siquiera tratar de ocultarlos. Siempre estaba llena de emociones, pero esto era nuevo.

 

Pensando sobre ello, Roman no sabía mucho sobre Prillance. En el mejor de los casos, era la hija del marqués Weiand. Aparte de eso, era buena socializando pero tenía una personalidad terrible. Había pensado que la información que traería James no sería diferente.

 

Pero hubo algo inesperado. Tenía lazos con la familia Grant, con la que no tenía ninguna conexión anteriormente. Había una razón por la que parecían bastante cercanos en ese entonces. Por supuesto, fue una conexión reciente. No fue hace mucho tiempo, pero poco después del declive del título de Grant.

 

Eso fue aún más sorprendente para él. Prillance, que valoraba el rango sobre todo dentro de los nobles, se acercó a Ver primero. Por eso fue necesario dudar por un momento de si existía una relación política entre las dos familias.

 

En cualquier caso, ella se encontraba constantemente con Ver. En el mismo lugar, a la misma hora.

 

—La última vez llevaba su abrigo.

 

El abrigo de Ver colgaba de los hombros de Prillance como si fuera un amante.

 

Observó todas las acciones de Prillance, desde estar nervioso, beber agua, dejar la vajilla e incluso lucir irritada mientras comía su comida.

 

Si hubiera sido en el pasado, ella habría preguntado inmediatamente por qué no la visitó, si hubiera sabido que estaba enferma. Pero hoy no mencionó nada. Parecía que no tenía ninguna intención de contárselo a Roman.

 

 

 

 

 

Cuando Roman se perdió en sus pensamientos, Prillance también se perdió en sus propios pensamientos. Estaba en un estado de shock mental . Ella había pasado por alto que Roman era una persona que podía recopilar información cuando quisiera.

 

Además, Prillance había estado solicitando un compromiso de forma proactiva. Pero ni siquiera se le había pasado por la cabeza.

 

Su cabeza debe haber dejado de funcionar por un tiempo ya que estuvo enferma durante varios días.

 

Si Roman no hubiera estado frente a ella, se habría reprendido y tratado de arrancarse el cabello.

 

“Pero tenía muchas ganas de preguntarte porque es extraño que te guste, pero quieres estar comprometida conmigo”.

 

Roman preguntó con indiferencia y la miró.

 

“Yo … nunca dije que me gustaba”.

 

Prillance respondió con calma, tratando de mantener su mente organizada tanto como fuera posible. Casi se enamora de su juego. No sería extraño para ella conocer a Ver. Tranquilizó su mente agitada y decidió ser descarada.

 

“Sin embargo. Escuché que te encuentras con él a menudo.”

 

“… Encontrarlo a menudo no significa que me guste. Al igual que tener citas juntos no significa que estén comprometidos “.

 

Parecía nerviosa, pero no la atraparon fácilmente. Por lo tanto, Roman pensó que todavía no era así.

 

“Oh, pensé que la Dama era esa persona”.

 

Tenía una sonrisa alrededor de su boca. Como dijo, la Prillance original tenía tales puntos de vista. Por eso condenó al ostracismo a las mujeres que estaban junto a Roman al menos una vez.

 

“Recientemente cambié mi opinión sobre muchas cosas”.

 

“Ah, entonces es así.”

 

“Sí. Estoy avergonzado, así que olvídate del yo de antes”.

 

Dijo ella con calma. Ella no parecía avergonzada en absoluto. Su apariencia fue bastante interesante.

 

Pero nunca pensó que fuera una coincidencia que ella conociera al vizconde Grant. Después de todo, era el ex prometido de Cecia, que ahora estaba a punto de comprometerse con él.

 

Para que Prillance visite al vizconde Grant.

 

Su intuición le decía que no era una coincidencia. Ella se estaba acercando a él de una manera bastante interesante. Y Roman encontró su nuevo enfoque bastante divertido.

 

“¿Están bien las cosas con Lady Royne?”

 

Prillance cambió deliberadamente el tema.

 

“No exactamente.”

 

Roman respondió sin preocupaciones.

 

“Por eso le envié una invitación a la Dama. Porque has establecido los términos para invitarte a cenar tantas veces como yo la invitaría “.

 

Obviamente fue un comentario rencoroso. Le molestaba no poder refutarlo. Era su condición y Roman fue fiel en mantenerla.

 

“¿Estás diciendo que esto continuará?”

 

“Si sus términos son válidos”.

 

Eso significaba que continuaría sopesando a Cecia y a ella como sus opciones. Aún quedaba una oportunidad. Sabía que no sería fácil desde el principio. Ella arregló su mente.

 

“Entonces, ¿cómo fue nuestra primera cita?”

 

Preguntó, poniendo deliberadamente todas sus fuerzas en una amable sonrisa.

 

“Te has convertido en una dama mucho más agradable de lo que solías ser”.

 

Roman respondió con una sonrisa de satisfacción.

 

“Estoy deseando que lleguen nuestras citas en el futuro”.

 

Y a diferencia de ella, él tenía una expresión sinceramente complacida.

 

Después de la cena con Róman, la cual pasó sin preocupaciones, no hubo ningún cambio significativo en su vida.

 

Se ejercitó poco a poco junto a Ver, quien le dijo que la ayudaría a aumentar su resistencia. Al ver que la estaba entrenando intensamente, sus recuerdos del incidente de la pelota deben haber dejado una fuerte impresión.

 

“Creo que será bueno aprender defensa personal”.

 

Hoy le propuso un nuevo ejercicio.

 

“Es un movimiento que incluso las mujeres relativamente débiles pueden utilizar para defenderse”.

 

Prillance pensó en las técnicas de autodefensa que había visto en la televisión. Vagamente recordaba que si un pervertido la abrazaba por detrás, debería golpearle el estómago con el codo.

 

“Por favor, disculpe mis acciones por un momento”.

 

Mientras Prillance estaba perdida en sus pensamientos, Ver brevemente le pidió comprensión y le apretó la muñeca.

 

Se sentía más varonil porque tenía manos duras debido a su entrenamiento con la espada. Ella se sorprendió por el contacto repentino. Pero a diferencia de ella, Ver continuó tranquilamente, mientras pensaba que su muñeca era muy delgada.

 

“La mayoría de las veces, no es fácil deshacerse de alguien si sostiene tus brazos así”.

 

Al oír las palabras de Ver, trató de sacudirse las manos. Sin embargo, su mano no se soltó fácilmente. Además, cuando Prillance agarró su otra muñeca con su mano libre, su agarre en ella se fortaleció aún más.

 

“Estire las palmas de las manos, levante las manos y finalmente deje caer las manos con fuerza para golpearlas con ese rebote”.

 

La mano de Ver, que demostró las acciones, se apartó ligeramente de ella. Sin embargo, aún no fue fácil incluso cuando Prillance intentó hacerlo.

 

“Cuando levante la muñeca, piense en ello como empujar el brazo hacia abajo de lado”.

 

Practicó ser atrapada y quitar ese agarre una y otra vez. El resultado fue mejor que al principio. Por primera vez, ella misma desenredó su agarre.

 

“¡Guau! ¿Viste eso?”

 

“Lo hiciste bien.”

 

Ver respondió con una sonrisa gentil al ver que estaba tan feliz como una niña con un pequeño logro.

 

“El arte de la autodefensa es una habilidad. También se puede aplicar en hombros y brazos ”.

 

“¡Daré lo mejor de mi!” Prillance respondió enérgicamente. 

 

Ver la agarró con ambos brazos. Ahora que había aprendido a retirarse cuando él le sostenía la mano, estaba practicando sacarla cuando él le sostenía el brazo y el hombro.

 

Su éxito anterior le dio confianza, por lo que con valentía aceptó el desafío.

 

Ver la vio temblar con fuerza con sus brazos capturados. Tenía una expresión linda y seria que contrastaba con el movimiento de su mano tratando de escapar. Las comisuras de su boca se elevaron.

 

“¿Oh?”

 

En ese momento, el cuerpo de Ver vaciló. Fue porque Prillance, a quien pensó que podía sostener, empujó tan fuerte como pudo fuera de sus manos. Y el momento fue cuando ella lo distrajo.

 

Ella extendió la mano y agarró su ropa para tratar de atraparlo cuando estaba a punto de caer. Pero la frágil Prillance también fue atraída por la misma fuerza y ​​cayó junto con él.

 

Plop.

 

“¿Estás bien?”

 

Cuando abrió los ojos, vio primero su ancho pecho. Entonces sus ojos se encontraron con los de Ver, que también la estaban mirando. Cuando cayeron juntos, Ver abrazó a Prillance para que no se lastimara.

 

“¿Estás bien? ¡Ah …! “

 

Prillance, sorprendido, trató de levantarse rápidamente. Pero su mano, que intentaba tocar el suelo, se tambaleó en el aire. Por eso, se cayó sobre Ver, que ya se había levantado a mitad de camino.

 

Antes de llegar a él, Prillance tocó el suelo por poco.

 

“…!”

 

Afortunadamente, la idea de que volvería a caer fue solo por un momento.

 

Sus rostros estaban cerca el uno del otro.

 

Cuando Ver miró hacia arriba, el sol brillaba detrás de Prillance. Y sus encantadores ojos marrones ligeramente iluminados lo estaban mirando.

 

A medida que Prillance se acercaba, Ver vio su cabello ligeramente despeinado y sus labios ligeramente abiertos, y su aroma único estimuló su sentido del olfato.

 

Prillance tampoco podía apartar los ojos de él. A diferencia de sus hermosos ojos, sus músculos eran ligeramente visibles bajo sus labios apretados y su firme mandíbula. La cara suave habitual y la apariencia inusual llamaron su atención.

 

Pronto vio la hierba en su hombro.

 

Al darse cuenta de la situación, Prillance se levantó rápidamente.

 

“¿Estás bien?”

 

Cuando la preocupada Prillance volvió a preguntar, finalmente se levantó.

 

“… ¿Está bien la Dama?”

 

“Si. Debería preguntarle al vizconde, ¿Estás herido en alguna parte?

 

Prillance miró ansiosamente a Ver. Sintiendo pena, le quitó la hierba del cuerpo.

 

Ver, naturalmente, se sintió nervioso cuando la vio sacudirse la hierba alrededor de sus hombros, brazos y espalda.

 

“Lo siento. Estaba un poco exagerado “.

 

Pero para ella, la situación parecía natural.

 

“…Estoy bien. En ese momento, mi mente estaba preocupada por otra cosa “.

 

Afortunadamente, ella tampoco parecía estar herida. A pesar de que ella se había olvidado de todo, todavía se sentía mal y seguía cepillando su ropa.

 

“Estoy realmente bien.”

 

De repente, un viento cálido sopló y el cabello de Prillance revoloteó. Solo entonces sus ojos vieron la hierba pegada al final de su largo cabello.

 

Debe haberse quedado atascado después de que ella cayera sobre él antes. Se acercó a su cabello.

 

“La Dama también tiene algo en el pelo”.

 

Cuando Ver quitó el césped, Prillance, que estaba endurecida por la tensión, exhaló un poco. Ver también lo sintió. El contacto no fue tan natural como parecía.

 

“Podemos detenernos aquí por hoy”.

 

El sonrió furtivamente. Bueno, no estuvo mal.

 

Prillance y Ver se dieron la vuelta. En sus oídos, escucharon pequeñas palpitaciones comenzar a latir en sus corazones.

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