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ESTE NIÑO NO ES TUYO (NOVELA) – CAPÍTULO 6

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CAPITULO 06

 

¿Cómo pasó esto?

Kalia pensó esto vagamente, mientras miraba la silueta de Shyman a través de la ventana.

“En mi vientre, llevo al hijo de Shyman”

En serio, ¿Cómo es que pasó?

Aquel día, ¿cuál fue el problema?

“… ¿La bebida?”

No. El alcohol no fue el problema.

Habían bebido juntos varias veces…

“Entonces, ¿fue uno de los pergaminos de Derek de ese día?”

Al pensar en ello, sonrió divertida y sacudió la cabeza.

Ella era una maestra espadachín, y estaba culpando a unos simples pergaminos. Era una excusa tonta.

Ni el alcohol ni los pergaminos fueron el problema.

Después de todo, el problema de todo fue la Kalia de ese día.

Sí. Aquel día, fue la culpa de Kalia.

“… Sólo te culparé por aparecerte”

Kalia se puso un poco incómoda, mientras frotaba su frente y recordaba aquel día.

 

Fue el día en el que tenían una fiesta para celebrar la victoria.

En los últimos siete años, el impero luchó incontables guerras y obtuvo numerosas victorias.

Y el papel de Kalia en aquellas victorias era inmenso. Gracias a ella, el impero entró a un periodo de estabilidad.

La batalla de Matahari tuvo lugar debido a que un grupo de tontos piratas, descaradamente, saquearon las naciones insulares del imperio. Fue la primera batalla en un año desde que el fin de la guerra fuera pactado.

Como siempre, el emperador le abrió las puertas del palacio principal y le concedió su permiso para tener una fiesta.

Kalia estaba borracha, y seguía levantando su copa cada vez que cualquier otro levantaba la suya. Shyman, quien la había estado observando de lejos, la sacó de la fiesta.

  • “¿Por qué estas bebiendo tanto hoy? Bebe moderadamente, Kalia”
  • Bueno, me encantaría, pero estoy de muy buen humor”

Diciendo esto, empezó a reírse entre dientes. Ello porque, la actitud de Shyman cuando la sacó de la fiesta, había parecido particularmente molesto.

Por alguna razón, cuando ella sonrió, él no pareció mejorar.

“…..”

Él la miró silenciosamente. Apretó sus puños, giró su cabeza y murmuró: “Bebe entonces”, con un tono que parecía contradecirse.

Kalia lo regañó por bromear con ella mientras estaba borracha.

  • “Oh, maldición. Estás siendo irrespetuoso con la comandante en jefe, Shyman”
  • “Calla, Kalia. También tengo una posición lo suficientemente alta como para no perder frente a ti”

Murmuró Shyman, mientras colocaba un vaso de agua fría en su mano.

Las manos de Shyman, posicionadas sobre los dedos de Kalia, mientras sostenía el vaso de agua, lucían inusualmente pálidas e impolutas.

Kalia sonrió de lado al percatarse de las uñas de Shyman, que lucían fina y pulcramente cortadas.

Un tipo inescrutable.

¿A qué hora trajo el vaso de agua?

Aunque Shyman parecía ser amistoso, estaba siendo frio y de una forma molesta.

Normalmente, cuando se molestaba, solía reír después con una rapidez absurda.

  • “Qué tipo más raro”

Kalia levantó el vaso que le fue dado y bebió el agua, luego continuó caminando con el vaso vacío.

Pero, luego, Shyman le quitó el vaso de las manos y murmuró:

  • “Si yo soy un raro, tú eres una molestia”

Ya que no quería llevarlo consigo, Shyman puso el vaso en las palmas de sus manos y lo convirtió en fragmentos más pequeños que el polvo para después dispersarlos.

Kalia no podía creer que estuviera haciendo uso de habilidades tan avanzadas solo para deshacerse de un simple vaso… Era un desperdicio.

Sacudió la cabeza y volteó a ver el jardín con una sensación ligeramente abrasadora.

De repente, Shyman sujetó su muñeca y empezó a hablar.

Como siempre, habló con indiferencia y con un ligero toque de fastidio.

  • “Sígueme, tengo algo para ti”
  • “¿Algo para mí?”
  • “Hoy es tu cumpleaños, ¿no?”

¿Cumpleaños?

“… ¡Oh, mi cumpleaños!”

Kalia soltó una risa, dejando a la vista sus hoyuelos, dándose cuenta de lo que estaba hablando.

Para ser exactos, no era su verdadero cumpleaños. Era el día en el que había entrado al Ducado de los Terloan, a la edad de seis.

Shyman siempre insistía en llamarlo su cumpleaños.

Y por más de 20 años, él se encargó de celebrar este falso cumpleaños que nadie más conocía.

“La sinceridad más profunda en un tema realmente extraño”

Shyman ingresó a la torre junto a Kalia.

La torre no estaba muy lejos del palacio principal.

Los magos en general se movilizaban en el palacio principal con el segundo palacio en el occidente como su residencia, mientras que los magos con un nivel superior al Maestro usaban un piso en el palacio principal como su laboratorio y residencia.

Una vez que los Maestros obtenían el título de Vizconde, se les reservaba una residencia en la capital, sin embargo, raramente lo usaban para estudiar o practicar magia.

Lo mismo era para Shyman, quien había logrado el nivel de Maestro a los 20 años.

Desde hace tres años antes, Shyman era uno de los mejores en la torre.

Un jardín pequeño había sido creado en la terraza, y se colocó un piso como decoración para dar la impresión de que era una casa de dos pisos.

Incluso si ocupara una área grande y espaciosa, nadie diría una sola palabra.

Como ella había dicho, él era un excelente mago.

Él era, realmente, una figura algo injusta, poseía los talentos más notables que se hayan visto en cerca de 100 años, sumado al poder de su abuela, una elfo del bosque.

Era una figura excepcional.

Gracias a ello, también era una persona que muchos envidiaban y admiraban.

Aún un poco mareada, Kalia abrió la pequeña caja que le había entregado Shyman, con una mirada aturdida.

Allí había cuatro pergaminos mágicos, que lucían muy costosos a plena vista.

  • “… Y de nuevo, pergaminos”

Era el mismo regalo cada año. Sólo pergaminos mágicos.

Sus regalos siempre eran pergaminos mágicos desde que empezó en el camino para ser un mago y era capaz de crear sus pergaminos.

Kalia sonrió y soltó una risita ante su consistencia.

En efecto, él era dedicado, de un modo raro.

Intoxicada, soltó otra risa, sin siquiera darse cuenta de que lo había hecho.

Él iba a volverse loco ya que ella siempre estaba sonriendo a la ligera frente a él.

Los dorados ojos de Shyman observaron a Kalia, quien seguía sonriendo, sin darse cuenta de su peligroso corazón.

Las persistentes miradas seguían obsesivamente sus pestañas, analizando cada una de ellas, pero Kalia, quien siempre había estado en la zona de guerra y lo trataba de esa forma, nunca lo miraba, según él pudo notar.

  • “¿Huh? ¿Qué?”
  • “Bien, ahora, este es un pergamino que borra cualquier rastro de evidencia. No puede ser rastreado por ninguna clase de magia ni por algún olfato canino en un radio de 20 kilómetros”

Shyman, como era costumbre, había dicho aquello de forma indiferente sin considerar siquiera moderarse. 

Hablando sin apresurarse, y con una ligera y fría arrogancia.

Ella no sabía si tal arrogancia podía causar que más adelante derramara sangre.

Con la punta de sus dedos, que desconocían el futuro, empezó a señalar uno a uno cada pergamino para explicar.

  • “Este es un pergamino de tele transportación, si tienes las coordenadas, puedes transportarte hasta 100 kilómetros. Y este verde de acá, es el pergamino de curación, ya lo conoces. Honestamente, el más costoso de todos es este, ya que fue hecho con maná y poder divino proveniente del Templo, es capaz de detectar veneno a 10 kilómetros y curar enfermedades, también es posible curar heridas graves con ello”

Kalia se quedó sin palabras mientras observaba el último pergamino del que había hablado.

Un pergamino de ese calibre debía ser uno de los que poseía, también, la familia imperial.

Cuando él le había entregado los pergaminos, ella los había recibido con ligereza, pero mientras Shyman continuaba explicando, Kalia se había puesto algo ansiosa sobre lo que debía hacer con ellos.

“… No los robaste de los tesoros de la familia imperial, ¿no es así?”

Como si hubiese leído aquella sospecha en sus ojos, una de las delicadas cejas de Shyman se elevó.

Él habló francamente.

  • “Son hechas a mano”
  • “….”
  • “Hechas por este mago”

Rápidamente, Shyman elevó su barbilla con arrogancia mientras golpeaba su pecho sin dudas.

Era tan hermoso que inclusive su arrogante apariencia lucía bien en él.

Ella había aprendido sobre esta parte de Shyman, un día, cuando los adjetivos “descarado, indiferente, sensible y sensual” se dejaron escuchar de las bulliciosas voces de las jóvenes nobles, que probablemente escupirían los bocadillos que estaban comiendo a causa de él.

Kalia, que no quería seguir tratando con ese Shyman, rápidamente señaló el último pergamino y dijo:

  • “Yo, conozco este. Es un pergamino de comunicación, ¿no es así?”
  • “Así es”

Shyman le sonrió.

Sus ojos, llenos de capas de pestañas que causaban profundas sombras, se achicaron.

Sus irises doradas resplandecieron cuando se encontraron con una sutil luz.

Las comisuras de sus rosados labios se curvaron suavemente, mostrando una sonrisa que fue tan maravillosa como si se tratara de una exquisita pintura.

Sí, ella lo admitía.

Su amigo de infancia era un hombre que poseía una deslumbrante belleza.

  • “No está enlazado por radio. Solo tienes que romperlo y llamarme, incluso si estás en el otro lado del continente.

Shyman se acercó, mirándola directamente a los ojos.

Luego, posó una mano en su mejilla, acariciándola con la punta de sus dedos, mientras susurraba.

  • “… Siempre voy a encontrarte, Kalia”

De algún modo, Kalia sintió un hormigueo por todo su cuerpo.

El lugar donde los dedos de Shyman habían tocado era su mejilla, no sabía por qué su cintura se había estremecido.

La razón era desconocida y el sentimiento era extraño.

Por cierto, ¿por qué estaba tocando su mejilla? ¿tenía algo ahí?

  • “Dime, ¿Qué tengo?”

Kalia tocó los dedos de Shyman y acarició su mano.

El rostro de Shyman se puso rígido ante el ignorado toque de Kalia, y acarició su mejilla hasta que se sonrojó.

Shyman suspiró mientras observaba las sonrojadas mejillas de Kalia y murmuró:

  • “Idiota”

“… Qué está pasando así de repente?”

Kalia arrugó su frente ya que estaba estupefacta, y por si fuera poco, Shyman sacudió la cabeza y dijo:

  • “No importa. Fui yo él que esperaba algo de ti, una completa tonta. Qué sentido tiene esperar algo de una roca inerte y sin vida, ¿verdad? Por más de cinco años. Una simple e ignorante General Kalia, quien no conoce nada más que espadas y guerras en un mundo en donde estoy constantemente dándole pistas. Oh, es suficiente. Está bien. Whoo. Oh, estoy furioso nuevamente, después de tanto tiempo”

… Oye, Shyman, te pasaste un poco, ¿no?

Kalia estaba un poco avergonzada e intentó mirarlo, pero no pudo decir una palabra.

De todas formas, Kalia no podría ganar contra él.

No, nadie en este mundo podría parar a ese idiota.

Si decía algo, él utilizaría un vocabulario que su hijo nunca debería conocer. Era imposible descifrar sus palabras para una mente tan simple como la de Kalia.

  • “Bueno”

Era mejor no tocarlo cuando estaba furioso.

Ella tendría que evitarlo por ahora.

Kalia vagó por el laboratorio, evitando a Shyman, quien solo se hizo a un lado.

Él necesitaba tiempo para calmarse.

“¿Qué es esto?”

Kalia encontró unos pergaminos apilados por casualidad.

Usualmente no se interesaba en ellos, pero recogió uno que despertó su interés.

 

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