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ESTE NIÑO NO ES TUYO (NOVELA) – CAPÍTULO 49

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Traducción: Meni

Corrección: Meni

 

CAPÍTULO 49

 
 
  • “¡Ah! ¡Quizá fue en ese momento!”

 

Al parecer, Humming pensó lo mismo que ella.

Dió un respingo con los puños cerrados como si hubiera hecho un gran descubrimiento.

La cacerola que estaba sobre su cabeza se sacudió e hizo ruido.

 
  • “¡En ese momento! ¡Cuando ese lobo se nos acercó, liberó su magia! ¡Gracias a ello, la bestia no pudo acercársenos! ¿Puede ser por la explosión de ese maná?”

 

De hecho, se preguntaba el porqué el huevo los había protegido…

Pero, como si hubiera llegado a una conclusión, Humming, con los ojos llorosos, le dijo ansiosamente a Allen.

 
  • “Parece que el huevo fue demasiado lejos para protegernos. ¡Oh, cielos, Dios mío!”

 

El tono de voz de Humming sonaba solemne, como si ya fuera muy tarde para detenerse.

 
  • “Somos personas de honor. ¡Tenemos que protegerlo esta vez! ¡Allen, puedes hacerlo, ¿cierto?!”

  • “Ah, la verdad no hay mucho que pueda hacer en este momento.”

  • “¡Por favor, salva a nuestro huevo-!”

 

No sabía cuando el huevo se había convertido en ‘nuestro’, pero Humming parecía determinada.

 
  • “Está bien. Está bien, calma, Humming. Primero, esperemos esta noche y luego veamos como va. Y eso va para dos personas.”

 

Allen, bajando el estetoscopio y el medidor de ondas de maná, giró su cabeza para mirarlas a las dos.

Suspiró fuertemente, como si hubiera estado reteniendo lo que estaba a punto de decir, y abrió sus labios, que antes habían estado titubeando, para pedir amablemente pero con un tono de voz determinado.

 
  • “¿Ya pueden ir a asearse ahora?”

  • “¿Huh?”

  • “… ¿Uhm?”

 

Antes las palabras de Allen, las dos mujeres se miraron una a la otra.

Sus ropas, llenas de tierra y hierba, eran un desastre, y sus cabellos estaban enredados.

Sobre todo, la sangre del demonio en el dobladillo de su vestido lucía grotesco.

 

‘… ¿Qué es ese extraño olor?’

 

‘¿Es el olor de nuestros cuerpos?’

 

‘No, ¿desde cuándo diablos olemos así?’

 

Humming y Kalia, una al lado de la otra, pusieron sus narices sobre sus propios cuerpos como si no pudieran terminar de creerlo.

 

Allen, tapándose la nariz, dijo con gracia, como si estuviera confirmándolo.

 
  • “Ese olor proviene de dos personas. Si ya se dieron cuenta, ¿por qué no van a asearse ahora, señoritas?”

 

Con una sonrisa en su rostro, las empujó de inmediato hacia el baño y dijo.

 
  • “Vayan a asearse, las dos. ¡La higiene es lo primero!”

 

… Uhm, quizá nuestro olor sea suficiente para significar una amenaza para la higiene en sí.

 

Kalia estaba un poco de mal humor, pero aceptó rápidamente y entró al baño.

 
 

***

 
 

Después de tomar un baño caliente, Kalia y Humming regresaron a sus habitaciones, incapaces de vencer los regaños de Allen.

 

‘Aún estoy preocupada, ¿debería echarle un vistazo a los huevos? Yo los traje, así que soy responsable…’

 

Lo descartó tan pronto como lo pensó.

Recostada en su cama, sólo puso su cabeza sobre la almohada y cerró los ojos.

No pudo recordar nada claramente después de eso.

Cuando se levantó al amanecer, al abrir los ojos se preguntó por qué brillaban con tanta intensidad.

Quizá era porque Allen y Humming habían sido tan sobreprotectores que no se habían movido activamente en mucho tiempo, no había podido tomar ni siquiera una caminata larga. Después de mucho tiempo, Kalia había despertado fresca y un poco antes de que amanezca por completo. Había pasado un tiempo difícil porque su cuerpo se sentía hinchado, pero se había movido un poco el día anterior y esa mañana su estado era diferente.

Kalia, que se estaba dirigiendo hacia donde estaban los huevos, se detuvo un momento.

 

Oler, oler~

 

Después de oler su cuerpo, vaciló por un momento antes soltar un quejido y simplemente ir a darse una ducha.

 

‘Sólo por si acaso. Por si acasooo~’

 

Después de ducharse, Kalia se dirigió directamente al salón.

¿Qué tan temprano se había levantado? Aún era muy temprano por la mañana a pesar de que hasta había tomado una ducha. Mucho más temprano que la hora a la que llegaba la sra. McCanna.

 

‘Ah, ahora que lo pienso, todo pasó ayer, así que ella debería tomar un descanso hoy. No pude decírselo ayer porque tenía prisa.’

 

Pensó Kalia casualmente, y abrió la puerta del pequeño salón.

Tan pronto como entró, Allen, que había estado cuidando de los huevos toda la noche, la miró con un rostro que decía que no había dormido ni un poco.

Por un momento, Kalia dejó de caminar, se detuvo. Era porque su expresión era muy seria.

 
  • “Allen.”

  • “Kalia.”

  • “¿No dormiste nada?”

 

Kalia preguntó preocupada por su tez opaca, él levantó una mano y la pasó por su rostro.

 
  • “¿Y los huevos?”

  • “No lucen bien. Las ondas se hacen más débiles. Afortunadamente, su temperatura no bajó más, pero… creo que pueden empeorar si continúan así. Creo que necesitamos verter maná en ellos de inmediato.”

 

Ante las palabras de Allen, Kalia, que se había acercado al lado de los huevos, estiró la mano y los tocó.

 

‘Es sólo una medida temporal, pero… no estaría mal intentarlo.’

 

La espada de un maestro de la espada tenía un maná de similar poder.

Su espada tenía el mismo poder destructivo debido a su maná, aunque no era tan sofisticado como el maná de los hechiceros, contaba con una gran cantidad de maná.

Kalia liberó su maná con cuidado como si tuviera su espalda en su palma.

Maná azul envolvió los huevos. Lentamente, sintió que los huevos absorbían su maná.

Poco a poco, hasta llegó a parecer que bebían del maná como si bebieran agua en el desierto.

Kalia tambaleó por un momento, ante la sensación de su maná siendo absorbido.

 
  • “¡Kalia!”

 

Kalia levantó su otra mano, indicándole que estaba bien.

Los huevos estaban engullendo su maná, pero no demasiado como para no ser manejable.

Lo absorbían como si estuvieran muy hambrientos.

Kalia les dio un par de segundos más y después dejó de verterles maná.

 

‘Ya no puedo seguir. Si siguen engullendo así, tendrás un malestar estomacal.’

 

Kalia murmuró con cariño hacia los huevos como si estuviera tranquilizando a un bebé.

Entonces, el pequeño dragón en el huevo se sacudió.

Fue sorprendente.

Se movió perezosamente, y Kalia llevó su palma a su frente y empezó a frotarla.

Era como si él reconociera la calidez de quien estaba cuidando de él.

Y en ese momento, el bebé en su vientre empezó con sus pataditas mañaneras.

Bam, bam, pateaba vigorosamente.

 
  • “… Esos chicos.”

 

Pudo sentir a las dos pequeñas criaturas sacudiéndose ante su toque y calidez, y de alguna forma Kalia sintió algo de emoción por ello.

El dragón en el huevo se retorcía como si estuviera hambriento.

Kalia, que estaba observándolo, abrió su boca para decirle algo a Allen.

 
  • “Tengo que ir al castillo de Lord, Allen.”

 

Pensó que debería llamar a algunos hechiceros.

Tan pronto como fuera posible.

 
 

***

 
  • “… Ese perro.”

 

Las cortinas negras bloqueaban la luz del sol.

De los labios del hombre, que yacía en el sofá con la mitad de su cuerpo estirado, salieron maldiciones.

 

‘… No sabía que había un rey de las hadas.’

 

Levantó su cabeza mientras frotaba entre sus oscuras cejas.

Sus fríos ojos se posaron sobre los pequeños cuerpos que yacían en el suelo.

Anoche, todos los espíritus que habían estado cantando por libertad se habían convertido en cadáveres que tenían el corazón destrozado.

Aquellos cuerpos fueron desapareciendo gradualmente en la tierra y el viento.

Los espíritus y las hadas eran similares, pero eran seres de bajo rango al final de todo.

Los espíritus concentraban su fuerza en sus corazones al igual que las hadas, pero no eran lo suficientemente fuertes para proceder con el ‘destello’.

Además, los espíritus eran mucho más pequeños.

El poder concentrado en sus pequeños corazones era, muy a menudo, peor que el del elfo del menor rango. Claro que para los espíritus que manejaban los cuatro elementos era diferente.

Borf miró con ojos inexpresivos a los cuerpos de los espíritus, que se habían convertido en tierra y aire.

La noche anterior, la repentina sombra del rey de las hadas había cruzado su mente.

 
  • “Es un tipo extraño.”

 

Cuando lo conoció por primera vez, Borf no creía que él fuera el rey de las hadas.

No tenía el brillo característico de un hada, y no tenía a ningún hada a su lado para protegerlo o asistirlo.

 
  • “¿Será sólo un hombre que entró por error al bosque?”

 

El hombre, de pie y con ropas cómodas y simples, lo miró casualmente. Su apariencia, que era de las que no parecen envejecer, brillaba hermosamente en la oscuridad.

Sus enormes hombros y magnífico espíritu solitario eran inusuales, pero en cierto modo, también eran ordinarios.

Lo extraño era como se encontraba de pie en el bosque tan casualmente. Con sus brazos cruzados, miró al grupo de Borf, que acababan de entrar al bosque, apoyando su hombro en un árbol.

Tenía una aguda y cautelosa mirada, como si mirara a extraños que habían cruzado a su territorio. Estremecedor~

Deteniendo su paso, Borf miró al hombre.

 
  • “¿Un hada? ¿Había un hada guardián en este bosque?”

 

El bosque central de la zona estaba resguardado por hadas guardianes.

Algunos tenían docenas de legiones, otros uno o dos seres de gran poder pero, se trataban de bosques de gran fortaleza.

Ese bosque de hadas era sólo una pequeña ramita de lo que era el bosque central.

El número de hadas y espíritus residiendo en el área era pequeño y tan sólo cerca de 1,000 metros cuadrados. ¿Cómo podían tener esa presencia tan imponente? Mientras miraba los a través de los anteojos de ese hombre bestial, Borf sintió un dolor desgarrador en una parte de su pecho. Los latidos de su corazón, que parecía querer salir de su pecho, y aquella fluyente energía que parecía querer arrancar sus vasos sanguíneos.

En ese momento, los ojos del hombre destellaron vivazmente.

 
  • “No deberías estar aquí. Tampoco esa pequeña túnica negra que está detrás de ti.”

 

Latido, latido.

Lo miró fijamente, presionando su dolorido pecho.

Entonces, una brillante luz fluyó del cuerpo del hombre y una tremenda fuerza fue liberada junto a ella, al punto de hacer temblar sus piernas.

Esa no era la energía de un hada ordinaria. Era mucho más maná de lo que un ser corriente se atrevería a arrojar.

Borf sólo se había encontrado con alguien así una vez cuando era muy joven. Era una energía que sólo sentía en las mejores criaturas de la familia de las hadas.

 

El rey de las hadas. Este tipo debe ser el rey de las hadas.

 

Tan pronto como vio la lanza en la mano del hombre, lo supo.

 

‘Voy a morir.’

 

Si no escapaba de allí en ese momento, seguramente perecería.

 
 

Continuará…

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