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ESTE NIÑO NO ES TUYO (NOVELA) – CAPÍTULO 45

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CAPÍTULO 45

 
 

No sabía el porqué de ese deseo, pero el bebé en su vientre estaba haciendo un alboroto obligándola a sentirse de esa forma.

De cualquier forma, ahora Kalia quería salvarlo.

Una de las cejas del rey se elevó.

 
  • “Qué niña tan extraña. Sal de mi camino. Esto va más allá de tu control. ¿No sería mejor dejarlo morir cómodamente de una vez ya que es un huevo que está destinado a morir de todas formas?”

  • “Este huevo quiere vivir.”

 

Kalia también habló con fuerza.

 
  • “Qué tonta. ¿Dices que puedes sentirlo?”

  • “¿El rey no puede ver que el pequeño dragón está luchando?”

  • “Todo lo que vive lucha.”

  • “Todo lo que está vivo lucha por vivir.”

 

Había una disputa verbal.

Los ojos del rey de las hadas se tornaron aún más fríos, pero Kalia permaneció impasible.

 
  • “Un dragón bebé sin una madre no tiene más opción que la muerte.”

  • “Sólo porque no tenga una madre no significa que tenga que morir. Usted que conoce la grandeza de la vida, ¿cómo puede decir eso?”

 

Así como ella lo hizo, ese dragón sobreviviría también.

 
  • “Sin maná, está destinado a morir.”

  • “Entonces, sólo necesita que se le proporcione maná.”

 

Ante la aflicción en los ojos de Kalia, continuó con un tono cínico como si se estuviera divirtiendo.

 
  • “¿Quién va a proporcionarle el maná? ho, ¿te refieres a tu rey? ¿o a esos pequeños hechiceros? Si es así, va a ser aún más molesto.”

 

Levantó su gran lanza como si ya no quisiera escuchar más.

Kalia se mordió los labios con fuerza. No era alguien al que le pudiera ganar. No era como esos demonios de clase menor.

Si el rey estaba determinado, era demasiado como para enfrentarse a él, sin importar lo que Kalia hiciera.

Para empezar, no estaba sola en ese momento.

Y entonces, una vez más, algo apareció frente a ella.

 
  • “…Gaia.”

 

La hija del rey, una vez más, detenía a su padre. Usando su poder, creó una capa protectora.

En ese momento, Kalia no pudo evitar sentirse muy extraña.

¿Por qué esta hada intenta protegerme tan desesperadamente? Nunca la he visto antes.

Su color de cabello era similar, pero el que intentara protegerla sólo aumentaba la ira de su padre.

Ella no era la única que sentía esa extrañeza. El rey de las hadas también miró a su hija con confusión en sus ojos.

La niña frente a él era su hija. Era una niña gentil que nunca había desobedecido a su padre hasta ese momento.

Su hija lo miró con los ojos llorosos e intentó fortalecer su escudo usando un poco más de poder. Con sólo fragmentos de su alma inestable, si se esforzaba de ese modo, su alma se arruinaría.

Como era de esperarse, las puntas de su cabello rubio claro, que flotaban en el aire, empezaron a tornarse borrosas. Se nublaban en el aire como si fueran a desaparecer en el mismo. Asimismo, la forma de sus pies y dedos estaba desapareciendo.

Suspirando, el rey finalmente bajó su lanza. ¿Cómo podría blandir su lanza frente a su hija cuando esta ya había estado a punto de morir una vez? Todo era sólo por el huevo de dragón.

 
  • “Parece… que hay algo raro contigo.”

 

Observó a la mujer frente a él. Y, el bebé se sacudió dentro de su vientre.

 
  • “… El color del espíritu de tu bebé es extraño.”

 

La mano del rey acarició suavemente el cabello de su hija. Con sólo ese gesto, el escudo desapareció. Gaia estampó sus pies contra el suelo con una expresión comprimida.

La mano del rey que sonreía levemente giró hacia Kalia, quien aún tenía una expresión rígida. Un ligero toque pasó. Como el viento, como la lluvia, tenía el mismo toque que el sol de mediodía. El toque llegó a su mejilla. Entonces, una gota de su sangre quedó en los dedos del rey. En su camino hacia Humming, una hoja había herido su mejilla. La humedad desapareció de la sangre que se elevó como una esfera, pronto apareció la forma del espíritu de un ave y brilló como una luciérnaga. Un brillo blanco, morado y rojo. Los tres colores estaban hábilmente combinados en esa esfera.

Los ojos del rey resplandecieron mientras lo observaba.

Agarró la luz, del tamaño de un meñique, en la palma de su mano y para cuando la abrió, había desaparecido.

El rey apretó los hombros de su hija haciendo como si nada hubiera pasado.

Entonces, miró a Kalia, a Humming, a los niños detrás de ella, y finalmente al huevo de dragón.

 
  • “Es hora de que regreses.”

 

Ya era definitivamente de noche en el bosque de las hadas.

Era la hora en que las hadas oscuras despertaban.

El rey hizo un gesto y una fina cortina de luz apareció frente al grupo de Kalia.

 

[Li ela]

 

De la neblina del tamaño de un puño, que se formó ante el llamado del rey, alguien apareció.

Cabello negro que fluía con la luz de las estrellas, ojos negros sin blanco en ellos.

La ligera apariencia de una mujer, un hada que se movía alrededor del rey.

 
  • “Saca a estos niños del bosque a salvo.”

 

Liela, una hada de la noche y de la luz de las estrellas, de nivel intermedio.

Voló hacia el interior del bosque, sacudiendo sus hermosas alas.

Un ligero polvillo se esparció detrás del hada y ella hizo señas para que el grupo de Kalia la siguiera.

 
  • “Ah.”

 

En ese momento, Gaia se escurrió de las manos de su padre, y sujetó la muñeca de Kalia.

Diciendo sólo dos palabras.

 
  • “Vamos juntas.”

 

Los desconcertados ojos de Kalia se posaron en el rey detrás de Gaia.

 
 

***

 
 

“… Hada… Mucho…. dinero… Extranjero… Oro…”

“Perdidos… Nadie… sepa…”

“Elixir… Cura… toda enfermedad…”

“… Diez… Hadas… Bosques… Rey de las hadas…No puede saberlo…”

“Príncipe heredero… Duque de Mado… Maldito bastardo… no tiene… General Kalia…”

 

Cuando escuchó eso último, Shyman abrió ampliamente sus ojos.

Sus ojos dorados brillaron en la oscuridad. Suspiró con el ceño fruncido.

 
  • “Uff.”

 

Cuando abrió sus ojos sintió un dolor de cabeza momentáneo, aún estaba oscuro frente a él. Recuperaba la visión poco a poco, cada vez que parpadeaba.

Recuperaba el aliento lentamente y parpadeó varias veces.

Al sentir que su dolor de cabeza se había ido y su visión se había vuelto completamente clara, se puso de pie frente al papel desplegado.

Mientras pasaba sus manos sobre el papel, todas las estridentes voces que resonaban en la cabeza de Shyman hace poco se expandieron en el papel.

 
 

[Vender a un hada trae mucho dinero. Un aristócrata extranjero, que está loco por las hadas, está pagando un alto precio. ¿No es como un ganso de oro?]

 

[No van a buscarlos por más que estén perdidos. ¿Por qué no proceder sin que nadie lo sepa?]

 

[¿Supuestamente es el ingrediente para un elixir? ¡Un misterioso poder que cura toda enfermedad!]

 

[¿Qué tan grandes son los bosques de hadas? Sólo se tiene que buscar en diez bosques de hadas en las afueras. Pero, el rey de las hadas no puede saberlo.]

 

[¿El príncipe heredero? ¿Qué tan poderoso puede ser si ni siquiera es un rey? El Duque de Mado, ese maldito bastardo… Los rumores dicen que ya no tiene a la general Kalia… ¿A qué le temen?]

 
 

Las letras negras se movieron por sí solas para crear las palabras.

Sorprendente, sólo uno era el dueño de esas palabras.

‘El Marqués de Aonti.’

El propietario del marquesado de Aonti, dueño de un gran campo de trigo. Era un noble inmigrante que vivía en el imperio de Rohas desde hace cuatro generaciones.

La última vez que lo vio, miró a Shyman como si fuera a matarlo. Odiaba a Shyman por no ayudarlo, aunque tenía el poder curarlo.

Mientras su condición empeoraba, Shyman se volvía más desvergonzado y frío al no ayudar al noble enfermo. Aunque, Shyman no era el único al que odiaba. También odiaba a los sacerdotes de Argarsin, quienes compartían el sufrimiento de las personas comunes bajo la protección del poder divino. La razón era similar. Que no le ayudaron con su poder a él, que era un noble, primero, por ayudar a las personas comunes. Era ferozmente hostil y vivía odiando a todos.

Su enfermedad era una llamada ‘Tartacan’, afectaba sus manos y pies, y no era fácil de tratar. Aunque no era imposible.

Entonces, ¿había alguna razón por la que Shyman no debía dar un paso al frente y ayudarlo? Para hacerlo, tendría que derramar su magia por días y días.

Era lo mismo para los sacerdotes de Argarsin. Argarsin era una deidad que era guardián de los vagabundos y destinados a perecer. Ponían a los pobres y afligidos primero.

No era cuestión sólo del poder divino. Después de tratar al Marqués de Aonti por diez días, no pudieron curarlo.

A pesar de todas estas razones, el Marqués de Aonti odiaba a los sacerdotes de Argarsin y a Shyman.

Eso fue hace un año.

Había escuchado que recientemente estaba notablemente más sano.

Al parecer su personalidad también habría cambiado un poco, ya que parecía estar ocupado socializando con los aristócratas. Parecía estar involucrado en algo malo, porque le parecía sospechoso que saliera del imperio sólo para reunirse con esos aristócratas.

Shyman miró fríamente las letras negras que se deslizaban por el papel.

La magia que estaba usando ahora era ‘informatización’, creada por el mismo Shyman.

Era un truco que recolectaba ciertas palabras o sílabas esparciéndolas en el lugar deseado.

Era un trabajo muy sofisticado e inteligente que cumplía con su función.

No requería mucho maná, así que estaba satisfecho de poder usarlo varias veces al día.

A menos que tengas un insistente dolor de cabeza.

 
  • “Air, Tiera.”

 

Shyman llamó su nombre en voz baja, en el idioma de las hadas.

 
 

Continuará…

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