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ESTE NIÑO NO ES TUYO (NOVELA) – CAPÍTULO 44

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CAPÍTULO 44

 
 

Escuchó algo viniendo a través de las plantas y los árboles.

El crujido de los pasos y un grrr, un gruñido por lo bajo.

 

‘Estoy arruinada.’

 

Humming cerró sus ojos fuertemente mientras abrazaba al tembloroso niño.

El amenazante sonido de los pasos se acercaba.

Finalmente, una enorme sombra cayó sobre la cabeza de Humming.

Humming miró al demonio que se acercaba con ojos llenos de miedo.

La criatura babeaba, así como los de la cueva, y estaba lleno de heridas en el pecho.

Babeaba y tenía las pupilas invertidas. Lucía como un demente.

 
  • “Grrr. ¡Gwah!”

 

El demonio que babeaba, abrió su boca y atacó. En un instante, la bestia acercó sus dientes al cuello de Humming.

En ese momento, uno de los grandes huevos que sostenían los niños emitió una brillante luz seguida de una ola contundente.

Humming, que abrazaba al niño, también sintió la ola aplastante en su corazón.

Asimismo, la criatura fue empujada hacia atrás como si hubiera sido pateada por algo.

 
  • “¿Qué…?”

 

El demonio que había caído hacia atrás debía estar sorprendido, pero Humming, que tenía en sus brazos a los niños y a los huevos, también estaba sorprendida.

El demonio mostró aún más sus dientes como si estuviera furioso.

Antes de que Humming pudiera darse cuenta de lo que estaba pasando, el demonio se abalanzó nuevamente hacia ella.

Sintió que esa vez sí iba a morir mientras que veía a la bestia que se acercaba mostrándose aún más feroz.

 

¡Crack!

 

Una fría espada atravesó el corazón de la bestia.

 

¡Pak!

 

Una voz familiar se le acercó mientras ella miraba en blanco la sangre de la bestia que se desparramaba como si fuese una fuente.

 
  • “Humming, ¿estás bien?”

 

Pudo ver un rostro familiar que echaba hacía atrás su cabello alborotado.

La persona a la que había estado llamando desesperadamente apareció detrás de la bestia caída.

 
  • “¡K-Kalia!”

 

Con el ataque de Kalia, la bestia había colapsado.

Kalia se acercó a Humming, a quién ya no le importaba el cuerpo de la bestia.

Afortunadamente, Humming parecía no estar herida en absoluto.

Tenía unas ojeras oscuras que no había notado antes, pero quizá era por todo el dolor de cabeza que había soportado durante esos 20 minutos.

 
  • “Y-Yo estoy bien pero este niño está muy herido. ¿Q-Qué hacemos?”

  • “Cielos…”

 

Humming miró ansiosamente a Kalia con el rostro manchado de lágrimas.

A la par que lo lamentaba, estaba orgullosa de ver a Humming sosteniendo a los niños fuertemente con las manos temblorosas, aún en medio del temor que sentía.

Kalia dio palmaditas en la cabeza de Humming como diciéndole que estaba bien y luego examinó las heridas del niño.

Las heridas no parecían muy profundas, pero la magia de los demonios los había impregnado de negro.

Su rostro estaba pálido, como si hubiera perdido mucha sangre.

 

‘¿Traje el antídoto?’

 

Kalia endureció su expresión, y se mordió el labio en silencio.

¿Quién habría pensado que habrían demonios en el bosque de las hadas?

Había traído un hemostático simple y algo de medicina para las heridas por si acaso, pero era urgente deshacerse del veneno del animal.

Un suave suspiro provino de detrás de Kalia, quien mordía el interior de sus labios.

 
  • “Cielos…”

 

Quizá el rey de las hadas había seguido a Kalia sin que ella se diera cuenta, pero allí estaba, sacando una piedra del cuerpo de la criatura y purificandola. Y, dijo.

 
  • “La magia en esta herida es espesa.”

 

Murmurando el idioma de las hadas, la piedra se convirtió en polvo y se dispersó en el aire ante sus palabras.

 
  • “¿Estos son los niños por los que viniste?”

 

El rey le preguntó a Kalia, después de la ceremonia de purificación.

La sombra del rey era enorme y magnífica, estaba de pie dándole la espalda al cielo que era una mezcla de rojo y morado.

Sus ojos verdes oscuros observaron con fijeza a Kalia y a los niños.

Kalia asintió ligeramente, afirmándolo.

 
  • “Estos son los niños que ingresaron al bosque por error.”

  • “… En lo profundo del bosque hay hadas que les muestran sus sueños. A esas hadas les gusta confundir especialmente a los niños.”

 

Sus ojos se posaron sobre la marca roja oscura del niño.

 
  • “Parece que jugaron excesivamente con los niños en el bosque. El niño humano tiene una marca que no debería tener.

 

Susurró el lenguaje de las hadas y el espíritu de un pequeño pájaro que arrojaba una luz blanca impregnó la herida del niño. Pronto, el veneno oscuro salió y la herida del niño dejó de sangrar. La herida sanó sorprendentemente rápido. Era magia de un poder diferente.

El poder invocar el poder de la naturaleza para curar heridas.

Entre las hadas, era una poderosa fuerza natural que sólo aquellos relativos de sangre del rey podían mostrar.

El sonido de la respiración del niño, que parecía tener dificultades para respirar apropiadamente, pronto se estabilizó.

 
  • “Gracias, rey.”

 

El rey la observó sin decir nada ante el agradecimiento de Kalia.

Pronto, su mirada alcanzó el huevo redondo que el niño estaba abrazando.

 
  • “Bueno, veo que han encontrado algo más que sólo unas bestias.”

 

Siguiendo la mirada del rey, Kalia también se encontró con el huevo redondo que el niño abrazaba desesperadamente.

 

‘¿Qué es eso?’

 

Sus ojos expresaban su pregunta.

Una suave ola provino del huevo en los brazos del niño como si fuera consciente de las miradas de Kalia y del rey. Como si las miradas de esos dos resultaran muy incómodas.

Como si hubiera sentido dicha ola, el niño que estaba dormido se giró.

Gracias a eso, se pudo apreciar mejor la apariencia del huevo.

Los ojos de Kalia se entornaron lentamente, murmurando cortamente como si fuera un gemido.

 
  • “Un huevo de dragón…”

 

¡¿Por qué está eso aquí?!

 

Kalia mordió su labio inferior y tocó su frente como si estuviera resistiendo el deseo de gritar. Tenía un terrible dolor de cabeza.

¡¿Cómo… Cómo diablos es que el huevo de un dragón estaba allí?!

 
 

***

 
 

Los dragones son seres muy reservados y raros, pero pueden encontrarse con más frecuencia de la que se piensa.

Se dice, que aparecen frente a los humanos, en su forma original o poliformes, una o dos veces en una década. Mostraban una presencia extraña pero certera.

Asimismo, a menudo se encontraban ‘huevos de dragón’ en los mercados.

Las encontraban en casas de subasta, y a veces las encontraban por casualidad en alguna cueva.

Sin embargo, muchos de los huevos estaban cerca de morir o muy débiles.

Las historias de sus apariciones entre los humanos no son para reír.

Los dragones tenían una vida altamente energética. Entendían, sentían, y a veces destrozaban el amor verdadero.

Las únicas diferencias que tenían con los humanos eran que sus vidas eran casi eternas, que eran mucho más arrogantes que los humanos, y que eran sólo unos pocos.

Los dragones no tenían un período establecido de apareamiento, al igual que los humanos.

Haz el amor si quieres y aléjate si no.

Es una criatura que hace el amor casi todo el tiempo porque lo que se vuelve un problema. Los dragones no tienen método anticonceptivo, así que ponen huevos frecuentemente.

El problema es que si hay algún huevo débil entre los huevos grandes, lo desechan sin dudarlo. Es muy probable que el huevo que veían también fuera desechado.

Los dragones ponen 2 o 3 huevos a la vez, y dependiendo de su rareza, suele quedar uno solo.

Los huevos que eran dejados eran asesinados si resultaban ser más débiles de lo que pensaban. Podía parecer cruel, pero era su método para su larga supervivencia.

Los dragones débiles eran más vulnerables ante las fuerzas malignas, eran usados miserablemente. Eran una raza arrogante que no podían soportar ser usados por nadie, ni siquiera por su propia especie. Nunca ha habido nada tan vergonzoso para ellos que eso.

Era una conclusión vaga que los huevos débiles morían en tres días si su madre no los alimentaba.

Pero lo extraño era que el huevo que veían no era uno débil.

 
  • “No puedo creer que hayan arrojado un huevo con esta vitalidad. Es extraño… sin una madre, la muerte de un huevo está asegurada.”

 

El rey de las hadas miró al huevo con una expresión fría.

Era una existencia intermedia, un demonio y un espíritu.

Hijos de los dioses caídos, que emergieron en la brecha entre tiempo y espacio. Eso eran los dragones. Seres que eran sutilmente opuestos a las hadas, quienes continuaban con el poder puro de la naturaleza.

En cierta forma, eran como enemigos.

Ambos tenían como madre a la naturaleza, pero sus padres eran diferentes.

No se atacan constantemente, pero las hadas y dragones intentan no relacionarse unos con otros. Pero, no había duda que el huevo había sido encontrado en ese bosque de hadas.

Cuando el rey de las hadas, quien estaba mirando al huevo con mirada fría, hizo un gesto para que se acercara, el huevo, que estaba inmovil, escapó de los brazos del niño.

El rey agarró la lanza gigante mientras veía al huevo elevarse al cielo lentamente.

En ese momento, el dragón encogido dentro del huevo translúcido, se sacudió.

Sacudiendo sus delgadas alas, su cabeza y sus pequeñas patas.

Dentro del huevo, luchaba sin descanso como si sintiera algún peligro.

 
  • “Ese huevo nos protegió. No puedes hacerlo…”

 

Humming intentó moverse, estremeciéndose del miedo, aún cuando temblaba ante la enorme energía que el rey de las hadas desprendía.

Y fue entonces que Kalia, quien estaba mirando al pequeño dragón retorcerse en el huevo, se movió.

 
  • “Tomaremos este huevo.”

 

Estaba de pie, bloqueándole el paso.

 
  • “¿Quién te dijo que intervinieras?

  • “… Tomaremos, este huevo.”

 

El rey la miró con la expresión más fría que ella había visto nunca.

Kalia no retrocedió.

Su vientre se retorció nuevamente.

No tenía más opción que quedarse de pie frente al huevo mientras sentía a su bebé retorcerse.

Dragones y humanos no eran similares. Aún así, Kalia se había encontrado con un huevo abandonado. ¿Acaso ese huevo pidió ser arrojado? No pidió nacer como el huevo de un dragón para no poder permanecer allí. El pequeño dragón no había elegido nada.

Era lo mismo para Kalia. Ella no había elegido nacer para luego ser una niña abandonada.

pero desde que había nacido, había luchado para sobrevivir de alguna forma.

Cumplió con el deber de la vida con sus propias manos.

 

‘Uff.’

 

Ella no pudo elegir cómo, cuándo y dónde nacer, pero en ese momento, podía elegir no dejar morir a ese pequeño dragón. No quería dejarlo morir. Quería que naciera a salvo.

 
 

Continuará…

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