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ESTE NIÑO NO ES TUYO (NOVELA) – CAPÍTULO 25

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CAPÍTULO 25

 

La magia proveniente de la mente puede tener efectos secundarios capaces de destruir el espíritu de un oponente.

 

Aunque la simple hechicería estaba bien, no debías forzar la mente de una persona o intentar controlarla porque sería muy peligroso.

 
  • “Shyman no llegaría a tanto. Él no es así”

 

Kalia creía que Shyman no estaba lo suficientemente loco como para destruir el espíritu del General interino del Imperio para buscar a una amiga, aunque a veces él no discrimanaba cuando de medios y métodos se trataba.

 

No, creo en él.

 
  • “De todas formas, no estamos en una relación, solo somos amigos…”

 

El comportamiento de Shyman cuando un amigo desaparecía, como destruir su mansión era algo que Kalia ignoraba.

 

Después de haberse comunicado, Kalia regresó al carruaje.

Si Shyman había regresado y destruido su mansión, retrasarse más sería un problema.

Además, que el príncipe de Akan había regresado y podría reconocerla.

Así que, tenía que irse lo más pronto posible, pero…

Sujetó la pequeña botella de cristal entre sus manos.

 
  • “… Todo estará bien.”

 

No tenía tiempo para desviarse de su camino, pero estaba preocupada por los niños.

Pensando en ello, encendió su sistema de comunicación de nuevo y se contactó con Brick.

 
  • “Brick, hay algo más que necesito que hagas.”

 

Viendo el rostro de Kalia, que lucía algo serio, Brick respondió con una expresión nerviosa.

 
  • “Sí, dime.”

 

Después de un corto suspiro, Kalia observó el pergamino que había puesto en su bolso.

Era un regalo de Shyman.

Un pergamino de teletransportación dentro de un radio de 180 km…

Parecía que era hora de que lo usara.

Lo sacó de su bolso y dijo.

 
  • “Ve y dile a Shyman que estoy en las reliquias ahora mismo.”

 

Después de dicha comunicación, Kalia ubicó inmediatamente a Humming y Allen en el carruaje.

Y, sin más demora, rompió dos pergaminos.

Ese día había roto 8 pergaminos, pidiéndole comprensión a Humming.

En ciertos momentos, le estaba dando píldoras para su recuperación en caso de que Humming colapsara.

 

Se había movido casi 500 km en un día, incluyendo el pergamino que le había dado Shyman. No había olvidado borrar sus rastros y se movilizaba ocultando por completo su identidad.

 

Al final, aunque Humming había descansado esa noche, Kalia había tomado las riendas y avanzado toda la noche unos 60 km más.

 

Después de movilizarse tanto, no sólo Humming sino también Allen estaban exhaustos y no podían levantarte.

 

Kalia se sentía un poco cansada, así que decidí descansar en una pequeña villa que probablemente no se encontraba en el mapa.

 

En el pequeño pueblo donde criaban caballos y ovejas, Kalia, que viajaba junto a su ‘primo’ y ‘hermana menor’, fue bienvenida y se le dio un cuarto pequeño.

 

Lo primero que hizo cuando fue guiada a un viejo dormitorio con olor a pasto seco fue ser tratada por Allen, que tenía la tez pálida.

 

Él chequeó el vientre de Kalia con un rostro tan blanco que no hubiera sido extraño que se desvaneciera en ese momento.

 

Usó su maná para escanear dentro de su vientre y sonrió lo mejor que pudo con la tez pálida.

 
  • “Afortunadamente, tu bebé está creciendo bien.”

 

Era fascinante ver algo tan pequeño como un frijol cubierto de blanco.

Se retorcía y estaba más grande que la última vez.

Se podían ver lo que parecían dos brazos y dos piernas.

No podía creer que hubiera crecido tanto en ese tiempo.

Tan sólo habían pasado 10 días, y estaba muy orgullosa de cómo había crecido hasta entonces.

 
  • “Kalia, tienes suerte de tener pocos síntomas matutinos. Tu fuerza física no es comparable a la de las madres comunes…

Pero, igualmente siempre ten cuidado. De ahora en adelante, lo que comas, lo que veas, lo que escuches, puede afectarte.”

 

Allen, que se tambaleó del cansancio, habló con severidad y salió casi gateando de la habitación.

Kalia pensó que lucía como un zombie hecho con magia prohibida.

Justo entonces, Allen, quien estaba cruzando la puerta, se tambaleó y cayó, y gritó ‘¡UhOohhh!

 

“Uhm, ¿así de cansado está?”

 

Ella, que luchaba entre caballeros, se preguntaba qué tan cansado estaría porque no había sido demasiado esfuerzo.

 

“Allen es débil.”

 

Kalia, quien se mordió la lengua en arrepentimiento, giró su rostro y vio más allá de la gran ventana, pensando en que si tuviera tiempo cuidaría del estado físico de Allen.

 

Las estrellas flotaban en el cielo como si llovieran muchas de ellas, y ante esa vista, Kalia acarició su vientre plano.

 

“Por cierto, ¿Shyman habrá encontrado a los niños?”

 

No sabía de los otros, pero sabía que Shyman sería capaz de ver a esos niños.

Quien tenía sangre de elfo podía ver esos espíritus.

Gracias a que el niño que llevaba en su vientre poseía la sangre de Shyman, ella pudo ver a las hadas, también.

 

“Espero que todo esté bien.”

 
 

La ansiedad se había desvanecido antes de que lo supiera, mientras se removía en su cama, pero aún quedaba una sensación persistente.

Kalia, quien había estado dando vueltas en la cama, finalmente, se sentó.

Por extraño que pareciera, empezó a pensar más en Shyman en cuanto intentó alejarse de él.

Mientras más se alejaba de la capital, el rostro de Shyman se aparecía más en su mente.

 
  • “¿… Tú estás pensando en tu papá?”

 

Kalia acarició su estómago con una mirada curiosa.

Ella no amaba a Shyman. No, es decir, sí lo amaba. Como un viejo amigo o un hermano.

Sin embargo, entre hermanos no se lastiman. Tienen que protegerse unos a otros. Es por eso que decidió dejarlo.

 

… Por supuesto, ese día, Kalia había atacado a Shyman.

 
  • “Soy un pedazo de basura…”

 

Kalia se cubrió la boca rápidamente y se apresuró en disculparse con el bebé.

 
  • “¡Dije que solo usaría palabras lindas de ahora en adelante, lo siento, bebé! ¡Tu madre nunca ha sido un pedazo de basura! ¡S-Solo fue un poco descuidada ese día…!”

 

Suspiró con el corazón perturbado mientras susurraba, acariciando su vientre a toda prisa.

Lamentaba decirle al niño que su madre era descuidada.

 

“Sólo, lo ataqué porque lo amaba… No, estuvo mal que lo atacara. No, ¿fue una fuerza la que me hizo atacar a Shyman?”

 

Al inicio, a excepción del beso, los ojos de Shyman la observaron y guiaron.

Ahora que lo pensaba, había sido él quien cogió la cuerda del vestíbulo.

Había sido Shyman quien barrió con las cosas de la mesa de trabajo porque les era difícil llegar a la habitación.

Una vez que la acostó allí, Shyman lamió y succionó sus labios.

Así se vería una persona que expresa codicia.

Así como Kalia no era ella misma, tampoco él era el Shyman que ella conocía.

Hasta ese momento, Shyman nunca había tocado a Kalia de forma tan imprudente.

Durante todo el tiempo en el que habían crecido juntos, apenas había tocado a Kalia.

En ese momento, Shyman no soltó a Kalia ni un solo segundo, como si estuviera hambriento.

Dejó marcas en todo su cuerpo y constantemente la adentraba en placeres desconocidos.

La calidez de sus labios, salpicados de dos lenguas calientes y pieles calientes.

El movimiento agudo de sus dedos, que retorcían y agarraban. La fuerza con la sujetaba su muslo y la voz ronca con la que llamaba su nombre.

‘Kalia… Kalia.’

 

Tragó saliva.

 

Kalia sintió que sus mejillas enrojecían mientras pensaba en esa noche. Cuanto más trataba de dejar de pensar en ello, se metía en más problemas porque pensaba en ello con más detalle.

Tosió inútilmente con la cara ardiendo.

 

Hay un niño angelical en mi vientre. Que idea tan lasciva.

 

Kalia, mientras sacudía su cabeza como si negara su aumento de temperatura, murmuró con una suave voz.

 
  • “Ahora que lo pienso bien, mamá no hizo nada malo. Todo se debió a dos personas adultas que tenían un brillo especial en sus ojos. Claro que bajé la guardia al creer que no quedaría embarazada, pero… Aún creo que es una gran bendición el tenerte. Tú eres el milagro de mamá.”

 

Kalia, quien murmuraba, finalmente se levantó de la cama en la que estaba sentada.

Ese calor que no había surgido desde hace tiempo no disminuyó en absoluto.

 
  • “Hace un poco de calor.”

 

Uff~

 

Sentía calor bajo su cuello. Sentía que debía dar una caminata porque tenía calor.

Se colocó su abrigo y salió.

Ya era tarde, lo suficiente para que los caballos y las ovejas ya estuvieran dormidas.

Mientras caminó durante mucho tiempo bajo el cielo nocturno, donde las estrellas formaban un rió, el calor que abrazaba su piel disminuyó hasta cierto punto.

Luego solo regresó, al sitio que la pareja de granjeros le había dado, pensando en que ya debería dormir.

 

Con el sonido de la puerta abriéndose, alguien salió.

En el mismo momento, frente al árbol encantado en las ruinas.

Shyman se paró frente al gran árbol y miró hacia arriba.

El árbol, envuelto en oscuridad, tenía hojas verdes frescas, pero de alguna manera parecía no tener poder.

Aún observando al árbol, Shyman extendió la mano y acarició el tronco del árbol.

Una luz tenue emanó de su mano y penetró en el árbol.

Por un largo tiempo, Shyman inyectó dicha luz, pero el árbol produjo la reacción deseada.

 

“… Quizá no es suficiente magia.”

 

Su magia no ejercía mucho poder cuando se trataba de restaurar algo de las hadas.

Lo que puede curarlos es el tiempo suficiente, tierra fértil, viento y el sol cálido.

 

O… la alegría de las hadas.

 

Shyman siguió de pie y acarició el árbol unas cuantas veces más.

Cuando el lugarteniente le dijo que Kalia estaba allí, él estaba sentado en la mansión destruida de Kalia, leyendo su carta.

 

“… Kalia, ¿Cómo pudiste dejar sólo una carta y desaparecer así?”

 

Allí estaba su sinceridad escrita, la cual no había escuchado antes. Además de su agradecimiento por aquel día, que era de lo que más quería escuchar.

Leyó esa parte miles de veces, y la seguía leyendo de nuevo, como si quisiera grabar cada letra en su mente, cuando el lugarteniente se acercó a él.

Shyman se movió al instante. Sólo le tomó de cinco a diez minutos, ya que se movilizó en dos teletransportaciones. Pero no había rastro de Kalia por ningún lado.

De pronto, vio a un misterioso mago atormentando al árbol encantado.

 
  • “¿Quién es ese?”

 

Shyman murmuró amargamente.

 
 
 

Continuará

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